Los recientes cambios dentro de las Fuerzas Militares han tenido un eco bastante visible por la coyuntura nacional en la que se produjeron; a pocos meses de nuevas elecciones, en la consolidación del tan llamado “proceso de paz”, y donde se ha hecho notorio el descontento de la población por lo “arrodilladas y sometidas” que se encuentran en este momento.

Es innegable que las rotaciones en algún momento se dan dentro de las instituciones, pero no siempre se espera que cuando hay un cambio de comandante ocho generales soliciten retirarse, bajo la premisa de que no son del “ala” del comandante entrante.

En virtud del honor militar hay generales que suelen pedir la baja cuando el comandante entrante es menos antiguo que ellos y sus aspiraciones a comando han sido mitigadas, pero no es este el caso actual, pues hay quien es menos antiguo que el “Mono” Mejía. El desarrollo de los hechos tiene un trasfondo que valdría la pena investigar, ya que de la noche a la mañana no todos solicitan irse por motivos tan exiguos e insustanciales como los alegados hasta ahora.

Tantos rumores, usualmente, contienen algo de verdad.

Para nadie ha sido secreto que en los años que lleva este gobierno se ha realizado una “cacería de brujas” sin precedente alguno, y que ha permeado todas las ramas del poder. Las instituciones militares y de tipo castrense no han sido ajenas a esta deleznable política gubernamental, subrepticiamente manejada como los dineros de Odebrecht: por debajo de la mesa y a espaldas del pueblo.

No es de ocultar tampoco que las cifras de miembros activos de las FF.MM en el 2010 se han visto notoriamente reducidas al día de hoy, mientras que las hectáreas de coca sembradas en el país hoy alcanzan topes nunca antes vistos. ¿Qué coherencia han tenido los mandos manejando estos problemas?

El cambio a la nueva doctrina “Damasco”, extrañas selecciones para ascensos, esa “caza de brujas” de quienes han sido combatientes y no fueron serviles a los intereses de Santos, hace pensar que en medio de la reserva con la que se manejan las Fuerzas Militares, especialmente el Ejército, esté sucediendo algo.

Siempre ha sido característico de la fuerza un hermetismo intransigente que deja mucho que pensar, pero este show mediático ha fomentado una reflexión de quienes somos ajenos a la situación interna para interpretar qué está pasando.

¿Habrá un “cisma” castrense entre los generales?

¿Qué motiva el amplio rechazo hacia el General Mejía?

¿Qué le están haciendo a nuestro héroes de la Patria desde la Casa de Nariño?

Por el bien de estas instituciones espero que si hay algo oculto salga pronto a la luz y se solucione esta situación.

Lo bueno: El proyecto de ley radicado por el H.R. Álvaro Hernán Prada que busca la castración química de los violadores a menores de edad.

Lo malo: El conejo que nos quieren hacer con las, ya hundidas, “circunscripciones de paz”.

Fe en Dios y Fe en la Causa.

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Redacción Minuto30

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