río Aburrá - Medellín .
Foto cortesía.

Un SOS lanzó el Área Metropolitana del Valle de Aburrá frente a la urgencia de atender los puntos críticos que socavan la infraestructura del río Aburrá.

Una estampilla Pro-Río es una de las propuestas que presentó el director del Área Metropolitana del Valle de Aburrá, Juan David Palacio Cardona, ante la Junta Metropolitana, con el propósito de reunir los recursos necesarios y prevenir los estragos que podrán causar el cambio climático y la falta de mantenimiento de la infraestructura del río Aburrá.

Palacio Cardona llamó la atención sobre las dificultades que se avecinan en caso de que no se tomen medidas definitivas frente al cuidado, mantenimiento y protección de la infraestructura, a lo largo de 24 kilómetros del afluente.

Para hacernos una idea de la gravedad del tema, el Valle de Aburrá lleva 16 meses de constantes lluvias, con un 60 % de acumulación de agua, más de lo que se ha presentado históricamente, advirtió Palacio Cardona.

“El cambio climático es una realidad”, dijo el directivo y agregó que en esta subregión se refleja en periodos de intensa sequía y de intensas lluvias. Los primeros causan graves incendios forestales, los segundos se manifiestan con deslizamientos, inundaciones, desbordamiento de ríos y de las cuencas hidrográficas.

En esta subregión corre mucha agua por sus laderas. De acuerdo con el POMCA (2007) existen cerca de 243 cuencas hídricas que descargan en el río Medellín, situación que se agrava con los procesos constructivos ilegales y/o mal realizados, y las descargas de muchas urbanizaciones y casas que incrementan los niveles del agua y provocan estragos en diferentes sitios.

El río vuelve a su cauce

Hace más de 70 años se canalizó el río, lo que genera mayores velocidades en su caudal y capacidad de arrastre de sedimentos, y a esto se le suma la ausencia de mantenimiento por muchos años. Solo en 2019 se hizo una intervención integral, las demás se han realizado atendiendo las emergencias. “La canalización hizo que pasará de un río meándrico a uno plano que, por la velocidad de sus aguas y otros factores, con el tiempo se han socavado las bases de las cimentaciones de las placas que contienen el río y se han deteriorado las calzadas laterales”, explicó la subdirectora de Proyectos del Área Metropolitana del Valle de Aburrá, Camila Salcedo.

Las evidencias así lo demuestran. En cuatro estudios de la Universidad Nacional, contratados por el Área Metropolitana del Valle de Aburrá, se identificaron más de 97 puntos críticos, de los cuales 47 han sido intervenidos (cuatro por el Metro y uno por Medellín). De los 50 restantes solo seis podrían afectar la infraestructura del Metro, advirtió la subdirectora Ambiental Diana Montoya.

No solo el río podría generar estragos, la insuficiente infraestructura construida para la canalización o la cobertura definitiva de algunos afluentes existentes, como es el caso de la quebrada La Madera, en Bello, o la del Indio, en Medellín, que ya han provocado grandes daños, proporcionales a las inversiones que hay que realizar para solucionarlos.

En estos meses de intensas lluvias ya hemos experimentado situaciones críticas y podrán llegar otras peores que afecten la economía de la región. “Me refiero a que, posiblemente, se empezarían a levantar calzadas de gran importancia, como la Autopista, o afectar instituciones educativas, hospitales u otras infraestructuras, como es el caso de la Normal Superior, en Copacabana”, reiteró el director de la entidad ambiental del Valle de Aburrá.

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De acuerdo con Palacio Cardona, desde el 2005 la entidad ha invertido recursos por más de 73 mil millones de pesos para monitoreo y atención de los puntos críticos. Y hoy, para avanzar en dicha en la intervención de los puntos restantes, se requieren, mínimo, 200.000 millones de pesos, una cifra que es solo el inicio, pero que permitirá enfrentar el problema de manera responsable y eficaz.

“El río es de cada uno de quienes interactúan sobre él: EPM, el sector privado, la ciudadanía, los municipios, el Departamento, las autoridades ambientales, el Metro de Medellín y el Gobierno Nacional”, aclaró el director. Es por ello que su llamado es a emprender un trabajo de articulación y con un enfoque de solidaridad, porque “el río es absolutamente de todos”.

Desde el 2015, el Área Metropolitana del Valle de Aburrá firmó el convenio interinstitucional Nuestro Río, en el que funge como presidente el director de esta Entidad, y se vienen realizando las diferentes intervenciones sobre el afluente.

Ante esta situación es prioridad darles salida a propuestas financieras que permitan hacer las obras requeridas que permitan subsanar los años de ausencia de mantenimiento, tanto de la infraestructura de la canalización del río, como de la cobertura de las quebradas.

Hacerlo desde ya es garantía de sostenibilidad del territorio, y un acto de responsabilidad que permitirá mitigar los efectos del cambio climático, factor fundamental en la prevención y en las intervenciones que se deben realizar.

Con estampillas o con la destinación anual de recursos por parte de todas las entidades es posible un Valle de Aburrá con un Futuro Sostenible, puntualizó Palacio Cardona.

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Redacción Minuto30

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