La alcaldesa Claudia Nayibe López Hernández fue elegida burgomaestre de la Ciudad de Bogotá, D.C. con una votación de 1.108.541 votos y por mayoría simple del 35,21%, en una elección a donde participaron 3.219.343 ciudadanos de 5.850.035 habilitados.

Con esta minoría de votantes, haciendo gala de su condición social, con el apoyo de su partido Alianza Verde y del Polo Democrático Alternativo, Claudia López, toma posesión el 1 de enero del 2.020 prometiendo unir a Bogotá con un gobierno para todos.

En su discurso de posesión, indica que con humildad reconocerá lo que va bien para continuarlo, pero deja claro que corregirá lo que está mal, porque ella representa un cambio profundo y recalca que Bogotá voto para que, en su gobierno, el transporte este basado en el Metro y no en el Transmilenio, con un sistema multimodal para sacarnos del trancón y de la contaminación. También hizo énfasis en que, en su gobierno, ella recuperaría la seguridad de la ciudad derrotando la impunidad, que escucharía a la ciudadanía con respeto y que conservaría y respetaría la Reserva Thomas van der Hammen, los humedales y los páramos, como sus grandes banderas de gobierno.

Pasado un año de su periodo próximo a cumplirse, la realidad de la ciudad de Bogotá es bien diferente a lo que prometió en su plan de gobierno y muchos hechos consuetudinarios y reiterativos evidencian que la calidad de vida de los bogotanos presenta un grave y profundo deterioro.

En materia de movilidad deshabilito varias vías vehiculares de la ciudad para implementar en ellas ciclovías, sin cuantificar con estudios el tráfico de vehículos que represaría, generando inmensas congestiones sin precedentes. Por supuesto que las ciclovías son elementos urbanos necesarios que se deben construir como lo indica su plan de desarrollo, pero a la fecha no se ha construido un solo kilómetro en su gobierno para las bicicletas.

La inseguridad no es un fenómeno de percepción como lo asegura la alcaldesa y se combate con estrategias tecnológicas, comunitarias, policiales y cívicas. Inexplicablemente, la estrategia que desarrolla y que implemento la alcaldesa en materia de seguridad ha sido demeritar, amenazar y atacar a la Policía de Bogotá como su gran enemigo.

En vez de acercar esta institución tan valiosa a la comunidad, apoyarla y empoderarla, lo que ha logrado es estigmatizarla y judicializarla impidiendo su gran misión. Minimizar y evadir su responsabilidad en los hechos tan graves que se sucedieron en Bogotá en el mes de septiembre de este año con los ocho muertos, 140 heridos, 48 CAI destruidos y decenas de buses quemados, culpando a la policía, siendo ella su jefe, deja mucho que desear de sus capacidades como gobernante, de su liderazgo y es un ejemplo claro de su falta de conocimiento en el tema.

Desautorizar y desmoralizar a la autoridad policial solo empodera a la criminalidad y a la delincuencia y ese es su gran logro. Bogotá se ha vuelto una ciudad muy insegura porque no hay políticas de seguridad, de denuncia y de prevención por parte de su Alcalde.

Si bien el virus trajo la pandemia, no fue el virus el que creo la cuarentena y su desafortunada implementación ha sido una desgracia para la ciudad capital. La economía formal generadora de empleo digno, cerró sus puertas por mandato de la alcaldesa por un tiempo muy largo, generando el peor desempleo de la historia del país y ya se habla de más 34.000 empresas quebradas en solo Bogotá.

El comercio formal y la economía en todas sus modalidades tiene un decrecimiento que no será fácil de superar en el tiempo y mientras tanto el Comercio informal hace de las suyas sin medidas de bioseguridad, sin protocolos estrictos, sin asepsia, sin distanciamiento y sin autocuidado, que son metas de cultura ciudadana que Claudia López debió liderar con eficiencia y eficacia para evitar los contagios del COVID-19. A esta indisciplina que invade el espacio público de manera grosera e inaceptable, se unen las aglomeraciones que también con frecuencia avala y genera la alcaldesa autorizando celebraciones masivas como la de la final del campeonato del futbol colombiano, entre otras muchas.

El despilfarro de los recursos de la capital en proyectos inanes como el del hospital en Corferias no solo resulto vergonzoso, sino que era de sentido común visualizar su tremendo fracaso. A la fecha siguen las medidas improvisadas, como la de pico y cedula para el comercio formal que siempre ha cumplido con todos los protocolos, empecinándose en generar más quiebras empresariales, más desempleo, más hambre, más caos y más crisis.

Bogotá es una ciudad con muchos problemas urbanos que implican necesariamente una gran planeación técnica, estratégica, constante y perseverante. En materia de mantenimiento de vías, de parques y espacios públicos, lo que se ve es en un deterioro increíble de su malla vial y una gran desorganización. Habría sido muy fácil el mantenimiento vial que tanto se necesita, con un gran plan de obras aprovechando la famosa cuarentena, pero prefirió el caos para vivir de él.

El gobierno anterior dejo planeadas, diseñadas y financiadas muchas obras que se deberían ejecutar buscando el bien común para construir sobre lo construido, pero Claudia López, ha preferido ignorarlas y cambiarlas solo por capricho y porque su ego no permite visualizar más allá de la improvisación protagonista y mediática. Ojalá el metro de Bogotá, ahora acéfalo y también cuestionado por ella, no se paralice y no nos ganemos una demanda multimillonaria en dólares de sus contratistas.

No contenta con la improvisación constante en su mandato, su arrogancia e irrespeto a la ciudadanía y a los periodistas, se hace cada día más fuerte, más altanera y muchos más grosera, cuando en las calles, o en las entrevistas o en las ruedas de prensa, le evidencian su ineficiencia, su ineptitud y el caos que vivimos los bogotanos.

Por esta crisis tan profunda que le ha generado Claudia López a Bogotá y que tomaría muchas columnas seguir describiendo y precisando, un grupo interdisciplinario de ciudadanos del común, basados en la ley 1757 del 2.015 y que ahora pretende entorpecer el Consejo Nacional Electoral CNE con la resolución 4073 del 2.020, se ha reunido para planear la #RevocatoriaClaudiaLopez, en un movimiento eminentemente cívico, sin ninguna injerencia de partido político o ideología religiosa o política alguna, para evitar que su mandato continúe haciendo tanto daño a la ciudad y a sus habitantes.

En consecuencia, radicaremos la solicitud de revocatoria ante la Registradora del Estado Civil y el CNE, para inscripción del comité promotor en los primeros días del mes de enero del 2.021, posteriormente asistiremos a la audiencia de sustentación con los hechos y pruebas del incumplimiento del plan de gobierno de Claudia López y de las nefastas consecuencias para la calidad de vida de los Bogotanos y una vez obtenida su aprobación ojala a finales de enero o a principios de febrero del 2.021, iniciaremos la recolección de las 335.000 firmas válidas que necesitamos para revocar su mandato, con el objeto de poder salir a elecciones antes de finalizar el 2.021.

Haremos historia y lograremos que Bogotá vuelva a tener esperanza, buen gobierno, desarrollo urbano planificado y un gran futuro, que le proporcione a sus habitantes gran calidad de vida. Te esperamos en el movimiento y con tu firma.

@PoliticaPuntual

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Redacción Minuto30

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