Quienes conocen mi trayectoria o quienes siguieron de cerca mi campaña para llegar a la Cámara de Representantes saben que soy un abanderado de la paz y que mi vida y camino se vieron marcados por tres momentos que me hicieron reflexionar y cuestionarme sobre la posibilidad de tomar acción para trabajar por la paz y los territorios más afectados por el conflicto, por eso desde hace más de 15 años trabajo por brindar oportunidades en los lugares más afectados por la violencia.

Esta forma de vida es la que me hizo recibir con beneplácito la agilidad con la que se han realizado las intermediaciones para reanudar los diálogos con el ELN después de que el último esfuerzo por lograr un acuerdo con esta guerrilla terminó de manera trágica el 17 de enero de 2019 con el atentado a la Escuela de Policía General Santander, que produjo la muerte de 22 jóvenes cadetes y alrededor de 90 heridos y que, en consecuencia, ocasionó que el Gobierno de Iván Duque rompiera con las negociaciones y el protocolo establecido en caso de ruptura de las mismas.

Sin duda alguna de la experiencia de ese proceso hay que corregir muchas cosas, sin renunciar al objetivo supremo: lograr la paz completa en nuestro país; y este gobierno desde el principio se ha comprometido con hacerlo, avanzar en esa dirección es el camino pues sin duda alguna la sociedad tiene la mira puesta en esto y son las mismas comunidades en los territorios las que más necesitan de este cambio para que así mismo la inversión y las oportunidades lleguen desde el gobierno nacional.

Si me preguntan a mí, por supuesto que debemos negociar con el ELN y todos los grupos al margen de la ley, debemos ser un país en el que las personas tengan otra oportunidad, en el que la gente no tenga miedo, debemos poder invertir y redistribuir el presupuesto nacional en otras cosas. A propósito de esto, la ministra Patricia Ariza, en una intervención dijo que “una semana del presupuesto de las Fuerzas Armadas, equivale a un año del presupuesto asignado para el Ministerio de Cultura”, y es precisamente esto es lo que debemos replantearnos siendo un gobierno para la vida.

Espero que puedan avanzar los diálogos, que la voluntad de las partes esté enfocada en la negociación, en cesar el conflicto, en brindarle garantías a los reincorporados, en proporcionarles herramientas para que puedan desempeñar otros oficios, que sus vidas y las de sus familias estén seguras y por supuesto lo más importante: que las víctimas estén en el centro, que encuentren la justicia y la reparación que necesitan.

Cuenten conmigo y con mi experiencia para aportar en el proceso y con mi curul para hacer que la paz completa en Colombia sea una realidad.

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Redacción Minuto30

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