El gobierno nacional viene tomando medidas en esta pandemia, algunas acertadas, otras no tantas, pero igual no solo Colombia, sino el mundo entero no estaba preparado para un acontecimiento de esta envergadura; hoy vamos a observar un pequeño contexto y algunos resultados evidentes por nosotros los colombianos.

Lo primero es reconocer que el gobierno hace un esfuerzo paulatino y creativo basado en escuchar a los profesionales inicialmente en el área de la salud (científicos, epidemiólogos, médicos etc.), que han dado como resultado hasta hoy, no haber un desbordamiento inmanejable del virus y que además entrando a comparar países como Brasil, donde desafortunadamente y para mi concepto el presidente no le ha dado la importancia necesaria a esta problemática tan delicada, siendo las medidas insuficientes, principalmente por dejar que la gente se movilice en todos los lugares y que los vuelos internos sigan con normalidad.

Ya está demostrada una y otra vez que de manera individual, nos demoramos mucho en comprender la magnitud de cosas como estas y con el tiempo por el contario vamos abusando de la confianza y tomando el camino de la irresponsabilidad.

Dialogando con unos amigos de Brasil más específicamente de Manaos (una ciudad pequeña de más de dos millones de habitantes), me expresan, como en los barrios se volvió común que muchos de los vecinos tengan o hayan tenido COVI-19 y no porque las pruebas lo diagnosticaron ya que no hay suficientes y son demoradas además para los pocos que se las alcanzan hacer.

Si no porque la misma gente terminan diciendo “a mí ya me dio porque perdí el sentido del gusto, del olfato, tenía tos seca, fiebre muy elevada y dolores de cabeza pero ya me pasó, ya que ni siquiera se consiguen pruebas rápidas, ahora los que están delicados son mis hijos”. Esa es una enorme diferencia que yo quiero aplaudir por no estar sucediendo aquí hasta el momento.

Sin embrago y al igual que reconozco el esfuerzo, me parece que el presidente Duque se demoró mucho en cerrar los vuelos y fronteras internacionales, lo cual habría aplazado un poco más la llegada al país del virus, pues no se debió entrar a tomar medidas solo cuando se reportó el primer caso, sabiendo que las noticias nos iban mostrando la agresividad del virus y la propagación acelerada del mismo y es así como veíamos con temor que un día se reportó el primer positivo y otros más traídos de Francia, de España, de Estados Unidos etc.

Pero al final ese cierre de fronteras aunque tardío y la estrategia de asepsia, al igual que la de quédate en casa, nos vinieron ayudando ya que se escogió el pensar primero en la salud que en la economía, cosa contraria a lo que ocurrió en Estados Unidos, donde se escogió primero la economía y al final fue la salud la que se vio perjudicada y al no haber salud no había economía y así lo reportan las noticias estadounidenses con más de treinta millones de personas en este momento sin empleo, es decir casi la cantidad poblacional de un país un poco más pequeño que Colombia.

Tenemos una falencia grande y es que no hay suficiente celeridad, ni pruebas para hacer ante la demanda que se tiene en el país, eso queda evidente con lo que está sucediendo en la cárcel de Villavicencio donde hay más de mil novecientas personas entre trabajadores y presos y hoy llega casi a los 600 positivos de COVID-19 y no son más solo porque la prueba no se la han hecho a todos ya que no hay la cantidad suficiente y se ve como les practican 100 pruebas y a los días están llegando los resultados en su totalidad como positivos, esa es la muestra real de lo que está pasando en todo Colombia ante la limitada capacidad que se tiene para reaccionar y diagnosticar.

Hoy hay que entrar analizar es lo siguiente y con mucho tacto porque es un tema muy difícil y es la incertidumbre de saber hasta cuando las personas se deben quedar encerradas, ya que van un par de meses y del aire no se vive, sumando además que la convivencia en espacios pequeños hacen que la salud mental también se deteriore y es ahí donde las autoridades locales deben trabajar duro, encaminando los recursos económicos específicamente a esta prioridad ya que los mercados se consumen rápidamente.

Que en estas alturas, ya se tenga una base de datos confiable, donde se sepa de cada familia quien realmente necesita y quien no, además que las necesidades en temas de alimentos varían; ejemplo: el campesino puede necesitar grano porque lo demás lo puede tener en su tierra y pensar en las zonas urbanas en algo básico pero de mucha ayuda como es el arroz, carne o huevos y la panela, este último insumo entendido que no es una comida si no un alimento nutricional.

Pero paralelo a ello ser más flexibles sobre todo en los pueblos donde no exista hasta el momento ningún caso de coronavirus (Antioquia tiene 116 Municipios sin coronavirus al día de hoy) y salir con un control de las medidas básicas que ya todos conocemos (tapabocas, lavado de manos, usar alcohol etc.) donde mucha gente pueda reiniciar algunas labores, e incluyendo un par de horas para los niños y adultos mayores al aire libre.

Y que los mandatarios locales de esos Municipios sean estrictos en el cuidado de las fronteras, es decir no bajar la guardia porque son las fronteras el principal peligro como le sucedió a Leticia en el Amazonas, donde el virus le llegó de Brasil, pues Tabatinga está pegado e incluso no es muy evidente donde cambia de ser Brasil a ser Colombia y que por más que se cerró la frontera la gente siguió entrando ya que es muy grande el territorio además de tener al río amazonas en la mitad y hoy toda Leticia está en emergencia ya que tienen un pésimo hospital y un solo lugar de cuidados intermedios, lo cual debe preocuparnos a todos los Colombianos.

El decreto nacional tiene unas excepciones las cuales se deben controlar y no dejar al libre albedrío, con asepsia y protocolos minuciosos a la hora de entrar la gente a la población (hacer rastreo de donde vienen las personas y a que van al pueblo, toma de temperatura, fumigación de los carros por dentro y por fuera, igual que a las personas y de los elementos que ingresen sean víveres, equipos de construcción, medicamentos y demás) y si llegara a pasar el que se reporte un caso positivo en la población, ahí si cambiar todos los protocolos y medidas.

Lo importante es el seguimiento en el movimiento intermunicipal y no escatimar en ese sentido, lo cual haría más llevadera la vida de cara a lo que se viene mientras no se tenga una vacuna, pues la gente eternamente tampoco se podrán quedar en casa, ni las cuentas les dará más espera.

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Redacción Minuto30

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