La petrolera Repsol mantendrá el dividendo previsto para 2020, de un euro bruto por acción, aunque elimina la recompra de acciones que tenía prevista y recortará en 1.000 millones las inversiones para este año para hacer frente a la crisis del covid-19 y la caída de los precios del petróleo y el gas.

Repsol ha explicado este miércoles a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) que no incluirá en el orden del día la próxima junta de accionistas, que se celebrará el próximo 8 de mayo, la propuesta de reducir un 5 % su capital social, acordada en julio de 2019, debido a la situación de los mercados.

Esa recompra de acciones supondría elevar la rentabilidad para el accionista, por lo que la decisión supone un ajuste de la política de dividendo, a pesar de que la compañía mantenga la remuneración prevista de un euro bruto por acción.

Además, Repsol va a adoptar un plan para reducir más de 350 millones de euros en gastos operativos, más de 1.000 millones en inversiones y cerca de 800 millones con optimizaciones del capital circulante frente a lo inicialmente presupuestado.

De esta manera, las inversiones de Repsol para el presente año se recortarán en un 26 % y serán de 2.800 millones de euros, frente a los 3.800 millones previstos.

El consejo de administración de Repsol, en su evaluación del contexto y la evolución del actual entorno económico, impactado por la crisis del Covid-19 y la caída de precios del petróleo y del gas natural, recoge en su plan de resiliencia un entorno exigente para lo que queda de 2020.

Las previsiones son que el precio promedio del barril de petróleo Brent sea de 35 dólares en el periodo de abril a diciembre y que el el precio de referencia Henry Hub del gas sea de 1,8 dólares/MBtu.

Repsol asegura, que, incluso, en este escenario, su deuda no se incrementará en 2020 respecto a la del cierre del ejercicio 2019 y dice que cuenta con una holgada liquidez que le permite cubrir sus vencimientos de deuda a corto plazo, y más allá, hasta el año 2024 sin necesidad de refinanciación.

En cuanto a la remuneración al accionista, a los que Repsol asegura que percibirán un dividendo de un euro bruto por acción en 2020, en julio percibirán ya 0,55 euros por acción bajo la fórmula de dividendo flexible, que permite cobrarlo en efectivo o recibir acciones.

La fecha ex-date o en que las acciones ya no tendrán derecho al cobro del dividendo flexible será anterior al tercer viernes de junio de 2020 y el pago en efectivo a los accionistas que opten por vender los derechos de asignación gratuita a Repsol se realizará en julio.

Además, la compañía también tiene previsto efectuar la tradicional reducción de capital mediante amortización de acciones propias de la sociedad para compensar el efecto dilutivo que tienen las ampliaciones de capital para atender la petición de acciones por el dividendo flexible.

En cuanto a la decisión de no llevar a la junta para su aprobación el programa de recompra del 5 %, Repsol la justrifica en la situación de los mercados y las circunstancias sobrevenidas como consecuencia del Covid-19.

Repsol presentará sus resultados del primer trimestre de 2020 el próximo 5 de mayo, pero ya no el nuevo plan estratégico 2020-2025 que tenía previsto también sacar a la luz en esa fecha, pues considera que la «extraordinaria volatilidad e incertidumbre del mercado» aconseja posponer su presentación.

La compañía mantiene también su objetivos de reducir en 2020 un 3 % el Índice de Intensidad de Carbono respecto a 2016, aumentar significativamente la capacidad de generación renovable y disminuir las emisiones de CO2 en todos los negocios, en línea con el objetivo que se marcó de ser una compañía cero emisiones netas en 2050.

Por otra parte, Repsol, que cuenta con 17.000 trabajadores en España y 24.000 en todo el mundo, no prevé en estos momentos hacer ningún ajuste de plantilla, según han indicado fuentes de la compañía.

EFE

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