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Fotografía cedida por el Gaula de la Policía de Colombia de la religiosa Gloria Cecilia Narváez (c) a su llegada al aeropuerto El Dorado de Bogotá (Colombia). EFE/ GAULA POLICIA DE COLOMBIA

Bogotá, 16 nov (EFE).- La religiosa colombiana Gloria Cecilia Narváez, secuestrada en Mali en febrero de 2017 y liberada el 9 de octubre, regresó este martes a su país y manifestó su agradecimiento a todas las persona que colaboraron con su liberación.

«Yo estoy muy agradecida con todo el trabajo que ustedes han hecho (…) De todo corazón les agradezco, están en mi corazón y en mis oraciones», dijo en Bogotá la monja a los policías colombianos que participaron en las operaciones que derivaron en su regreso a la libertad.

Agregó: «Es la fe las que nos mantiene con esperanza».

Narváez fue recibida en Bogotá no solo por los policías sino también por las hermanas de la Congregación Hermanas Franciscanas de María Inmaculada, de la que hace parte.

«Aunque fue duro y difícil estar en este desierto, yo creo que Dios fue grande conmigo y me dio la oportunidad de seguir viviendo mi misión», expresó luego a periodistas.

La monja viajó hoy desde Roma -donde se entrevistó con el papa Francisco el 10 de octubre, un día después de ser liberada- en un vuelo que hizo escala en Madrid.

Su destino final será Pasto, capital del departamento de Nariño (fronterizo con Ecuador), del que la mujer es oriunda.

La religiosa, que manifestó que durante todo su cautiverio estuvo bien de salud, fue secuestrada el 7 de febrero de 2017 en Karangasso, en el suroeste de Mali, en las zonas fronterizas con Costa de Marfil y Burkina Faso.

La monja de 59 años realizaba su labor humanitaria y de evangelización en el continente africano en Benín y posteriormente en Mali.

En diciembre de 2018 el grupo yihadista Nusrat al Islam wal Muslimin (Grupo de apoyo al islam y a los musulmanes), activo en la región del Sahel y aliado con Al Qaeda, publicó el nombre de cinco rehenes que tenía secuestrados, entre ellos la monja colombiana.

En Mali actúan distintos grupos yihadistas que tienen entre sus blancos al ejército regular y las fuerzas de la misión de la ONU (Minusma), y que recurren a secuestros para obtener fondos o liberaciones de sus miembros encarcelados.

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