La situación por la que hoy pasa el exgobernador de Antioquia Luis Alfredo Ramos Botero, debe abrir un amplio debate nacional sobre la manera como opera la justicia colombiana. Para ello quisiera proponer algunos puntos de reflexión.

Federico Hoyos

Federico Hoyos

Primero. Es de amplio conocimiento que el proceso de justicia, verdad y reparación que se adelantó con miembros de los grupos de autodefensas, fue un hecho de conocimiento público. No se debe olvidar que los más altos representantes de estos grupos fueron al Capitolio Nacional para exponer sus ideas sobre dicho proceso a congresistas, medios de comunicación y miembros del Gobierno Nacional. En medio del ambiente de diálogos y negociación, políticos de todos los matices se reunieron con miembros de estas organizaciones ilegales para conocer el proceso y sus condiciones.

Teniendo en cuenta lo anterior resulta importante resaltar que para analizar este episodio de la historia nacional se debe evitar caer en anacronismos, analizando un hecho del pasado con la mirada actual, desconociendo así el contexto social y político de la época. [pullquote]El exgobernador no es ningún peligro para la sociedad…[/pullquote]

Segunda reflexión. Infortunadamente la justicia colombiana valora los testimonios de personas que han delinquido, están condenados y en medio de su desesperanza, señalan a diestra y siniestra, acudiendo a la mentira y buscando cualquier beneficio que, por minúsculo que sea, representa un alivio para su situación. Importante por tanto evaluar el perfil de quien acusa e indagar más allá de lo obvio para saber qué motivación puede haber detrás de cada una de sus acusaciones.

Tercero. No hay que ser un avezado analista político para sospechar sobre la extraña coincidencia del momento en el que se emitió orden de captura contra el exgobernador Ramos una vez hizo pública su aspiración presidencial. Luis Alfredo Ramos es un hombre de amplio reconocimiento nacional y de un apoyo electoral valioso que lo convertía en un hombre de peso y amplias posibilidades para ser el candidato presidencial del uribismo.

Cuarta y última idea. Podrá haber diferencias entre seguidores y contradictores de Luis Alfredo Ramos frente a sus ejecutorias e ideas políticas, pero debe haber consenso en que el exgobernador no es ningún peligro para la sociedad. Que no vengan a decir a los colombianos que los señores con los que el Gobierno negocia en Cuba, no son peligrosos, pero un líder reconocido, querido por los colombianos y de extensa trayectoria pública como Luis Alfredo Ramos sí lo es.

El clamor debe ser uno: Que dejen al exgobernador defenderse en libertad y se den las garantías que demuestre que la justicia de Colombia actúa conforme a las leyes y no a los vientos de la política. @FedericoHoyos

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Redacción Minuto30

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