Desde hace tres años el exgobernador de Antioquia Luis Perez Gutiérrez, viene reclamando transparencia en la construcción del proyecto Hidroituango. Lo ha hecho de mil formas: mediante conferencias, rendición de cuentas a la Asamblea de Antioquia, ruedas de prensa, comunicados, intervenciones televisadas y discursos públicos, a más que, redoblando esfuerzos para señalar a los culpables del descalabro, escribió dos libros reveladores sobre tema: La verdad sobre Hidroituango y Errores constructivos de Hidroituango.

Didácticos, claros, al alcance del ciudadano común, en ellos demuestra las intervenciones desafortunadas de los contratistas (por decirlo con mano de seda, eufemísticamente). Pero todo fue en vano. Fue como predicar en el desierto, porque la junta directiva de EPM, se hizo la de la oreja de Van Gogh y el alcalde Federico Gutiérrez optó por rabiar al entonces gobernador Luis Pérez Gutiérrez; se hizo el loco, haciéndole creer a la comunidad que era más importante perseguir rateros que atender y demandar a los defraudadores de Hidroituango, la ciudad, epm y a todos los ciudadanos que pagamos servicios públicos.

¿Por qué la junta directiva de EPM (con miembros nombrados desde la Alcaldía de Sergio Fajardo), sabiendo lo que ocurría, no estableció demandas? ¿Por qué Federico Gutiérrez, con el deber constitucional a cuestas de proteger los dineros públicos, no sugirió a la junta, y tampoco por iniciativa propia presentó la demanda necesaria y obligada a su investidura de alcalde y presidente de la junta de EPM?

Ayer y hoy se sabía quiénes eran los miembros de la junta de EPM y cuáles sus intereses comunes con los constructores de la obra, valga decir Conconcreto, Coninsa y Camargo Correa. Se estaba viviendo la misma historia (por citar sólo un caso) de Porce III, donde el sobrecosto pasó de 550 millones de dólares a 1.300 millones de dólares, y cuyos contratistas fueron los mismos tres, ya citados.

El lunes 10 de agosto, el alcalde de Medellín, Daniel Quintero Calle, anunció que EPM demandará por 9,9 billones de pesos a constructores, diseñadores, interventores y aseguradores del proyecto de Hidroituango: “Desde el primer día solicité a EPM evaluar los costos reales del proyecto, los sobrecostos y los responsables de ellos. La investigación duró ocho meses.

Hoy, EPM decidió iniciar acciones legales por cerca de 9.9 billones de pesos, la suma demandada más alta por una entidad pública en la historia de Colombia contra los constructores, diseñadores, interventores y aseguradores del proyecto de Hidroituango”, señaló Quintero.

Por su parte, el gerente de EPM, Álvaro Guillermo Rendón López, señaló que “se estructuró una conciliación con todos los participantes en el proyecto Hidroituango, de la cual hacen parte varios consorcios. Se ha investigado exhaustivamente todos los aspectos principales, reconociendo el detalle absoluto del proyecto y el rol de cada uno de los agentes responsables para las labores, abarcando desde el diseño, ingeniería, tanto básica como de detalle, y la construcción en su totalidad”.

Según informe de EPM, las dificultades y fallas que generaron la contingencia que se vivió en el proyecto en el año 2018 (que obligaron a rezar día y noche a toda Antioquia, al ponerse en riesgo la vida y medios de subsistencia de más de 130 mil rivereños, a más que el capital invertido) y que posteriormente ocasionaron retrasos de su entrada en operación e incertidumbre en comunidades rio abajo y rio arriba, obligaron a realizar revisiones y hoy es la causa de la demanda por 9.9 billones, ¡dándole la razón al exgobernador Luis Pérez Gutiérrez!

Ante la perentoria y obligada demanda del Alcalde Quintero, por razones de tiempo (ya se cumplía los dos años legales para establecer demandas); el perjuicio social a la comunidad usuaria de EPM, (a quienes finalmente se nos “cobraría” el desfalco) y el asunto legal de consecuencias penales y administrativas para el alcalde mismo por tamaña omisión, se presentó el sainete de la renuncia masiva de la junta directiva de EPM. Sin duda, una manera hábil de politizar la decisión del alcalde y satanizar su proceder en la defensa de los intereses públicos.

“De tu forma de hablar, depende la paz o la violencia”, dice el doctor Luis Perez Gutiérrez, en su libro Errores constructivos de Hidroituango. Los miembros renunciantes de junta salieron a los medios a invocar el “gobierno corporativo”, no obstante que tuvieron dos años para entablar demandas en el gobierno de Fico, pero no lo hicieron. Sin duda, un argumento infantil, incendiario, para ocultar una montaña.

El alcalde está tomando una actitud valiente en el sentido que Medellín (y específicamente EPM) no pueden darse el lujo de perder 9.9 billones de pesos que no son de Daniel Quintero, ni de la junta directiva, ni del concejo: son dineros públicos para la inversión en Medellín y Antioquia toda; en su gente, en sus necesidades educativas, en sus prioridades, en salud, en vías, y en general en el bienestar de la población. Desde hace tres años, se vienen denunciando este gigantesco desfalco y es inadmisible, incomprensible –reitero– que la junta saliente no haya pedido (mejor: exigido) la demanda a los constructores.

La etología nos enseña bellamente que el único pájaro que se atreve a picotear a un águila en vuelo es el cuervo; sin embargo, el águila no responde ni lucha, no gasta tiempo ni energía en el cuervo. Simplemente abre sus alas y comienza a elevarse más alto en los cielos. Cuanto más alto es el vuelo, más difícil resulta para el cuervo respirar y cae finalmente por falta de oxígeno.

Alcalde Quintero: hace muchos años que los cuervos andan picoteando sobre los dineros públicos. Usted es el alcalde, y tiene la obligación de abrir sus alas y volar alto, hasta que los cuervos caigan por falta de oxígeno.

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Redacción Minuto30

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