Santiago Sierra

Ni levantó la copa mundial de fútbol ni mucho menos alzó su economía. Brasil está hecho un fiasco por estos días. Finaliza el año 2014 y el consuelo que le daba David Luis por la eliminación de Colombia en el torneo mundial pasado de fútbol a James Rodríguez se queda diminuto, sobre todo si quisiéramos devolvérselo a ellos en materia de estabilidad económica y política. Todo indicaba incluso que la presidenta de ese país, Dilma Rousseff, se iba a quedar corta en las elecciones del pasado mes de octubre, en donde disponía su nombre para la reelección de su mandato.

Santiago Sierra

Santiago Sierra

Aunque a veces no parezca, Brasil también está en Latinoamérica, y las sombras y dudas que deja su gobierno de la mano del partido de los trabajadores es enorme. Hasta ahora solo aparecen a la luz pública algunas declaraciones que instalarían un manto de incertidumbre sobre la transparencia del partido oficialista en las elecciones del presente año.

Justamente 2 meses después de la competencia mundial de fútbol, a inicios de septiembre del 2014, se vislumbró lo que puede estar pasando en Brasil desde el 2006. El exdirector de Abastecimiento de la Empresa Petrobas (Empresa Petrolera de Brasil), Paulo Roberto Costa detenido por corrupción al apropiarse de fondos de la compañía, acusó a decenas de políticos de varios partidos de enriquecerse ilícitamente. Posteriormente, aseguraba ante un juez que, por cada obra llevada a cabo por Petrobras, llegaba un porcentaje al Partido de los Trabajadores para que financiara sus campañas electorales. Todo estaba hecho un caos para las elecciones de octubre, y la mayor perjudicada era Dilma, la cual se enfrentaba al opositor Aécio Neves.

En Latinoamérica gana la reelección casi siempre, la desigualdad es tan abrumadora que la burocracia estatal alcanza para salvar cualquier barco destinado a su hundimiento. Inclusive si en un partido de fútbol estuvieras perdiendo 7 a 1 podría llegar un gigante como Petrobas a salvarte. Fue capaz de hacer olvidar a todos los brasileros de los goles convertidos por Kross, Klose, Khedira y compañía, en contra de Brasil. Para consolidar los 86 mil empleos que genera el coloso Petrolero que le facilitarían a Dilma su permanencia en el palacio presidencial. A pesar de un resultado ajustado en las elecciones del mes de Octubre, la mandataria con el 51 % de la totalidad de los votos resultó electa de nuevo.

Dilma Russeff tuvo que entregar la copa mundial de fútbol a Alemania, un gigante económico de Europa y el mundo, pero estaba decidida a que la banda presidencial jamás. Y así lo han dejado ver las investigaciones que ha adelantado la fiscalía de ese país, en donde han capturado en el último mes a 23 directivos de importantes empresas constructoras aliadas a Petrobras por desvió del dinero público. Según las indagaciones por el ente judicial entre 2006 y 2014 el partido de gobierno (PT) de ideología de centro-izquierda movió unos 3.850 dólares en sobrefacturación en materia contractual. ¡Qué golazo!

La presidente brasilera cuyo pasado está sujeto a su participación desde la escuela secundaria a la Organización Revolucionaria Marxista Política Obrera, y luego paso a consolidarse éste movimiento como guerrilla bajo el nombre de Var Palmares, está cada vez más lejos de su “lucha social”. No solo por los hechos de corrupción actualmente investigados que dejarían en entre dicho a su partido político sino a su campaña reeleccionista.

Dilma en su nuevo mandato opto por cambiar de “partido”, ahora su ideología de izquierda socialista también parece haberla dejado en el mundial pasado. Le entrego el Ministerio de Hacienda al banquero brasilero, Joaquim Levy.

Con la elección de Levy, se le dio un guiño importante al sector financiero, cambiando su discurso de la concentración del poder económico, la cual venían defendiendo desde 1980, año en que se fundó el Partido de los Trabajadores, y prometieron una organización de la sociedad brasilera profundamente socialista. Desde 2003 el país futbolero lo gobierna el movimiento de izquierda (PT). Y hasta ahora la expresión mundial que han reflejado es la contundente polarización política que vive el país, la inseguridad que abruma, la economía hacia abajo, y un modelo económico una vez más derrotado.

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Redacción Minuto30

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