Tener hijos representa un cambio fuerte para las parejas y, en algunos casos, se generan crisis que, incluso, puede llevar al fin de la relación.

mas salud2 appCon la llegada del bebé las actividades en pareja disminuyen, eso es verdad, pues el nuevo integrante de la familia demanda tiempo y atención; además, las rutinas cambian completamente dadas las nuevas responsabilidades de los nuevos padres; Y, por otro lado, las hormonas de la madre logran comportamiento que ni ella ni su esposo se esperan. Estas novedades no siempre terminan en un caos matrimonial, eso depende de cómo esté cimentada la relación: Se debe recordar que el respeto, la confianza y la admiración son los tres pilares fundamentales sobre los que se construye una pareja; claro, sumados al amor.

¿Qué afecta su relación de pareja?

Madre dedicada a la crianza: suele ser recurrente, según los especialistas, que las mujeres se entreguen de lleno al cuidado de sus hijos, entre tanto, el hombre de la relación, que está acostumbrado a recibir atención, reclamará argumentando poca atención y olvido frente a las actividades que hacían juntos. La pareja debe conocer que esta reacción es la esperada después del embarazo porque las circunstancias han cambiado, así que deben entenderlo para que puedan manejar la situación sin sobresaltos.

Baja del deseo sexual: es normal que durante el posparto reciente la mujer esté adolorida y aun asumiendo los cambios de su cuerpo: el útero tarda 40 días en retomar su tamaño, los senos crecen por cuenta de la lactancia, pueden doler, y aún la mujer no ha perdido el peso ganado durante la gestación; además de que está concentrada en la atención al recién nacido, que requiere de todo su cuidado. Sin embargo, con el paso de los días, la actividad sexual se retoma paulatinamente con besos y caricias, y termina con el coito cuando ella está preparada. Ella debe tener el control de la situación. Si los meses pasan y la mujer no recupera el deseo sexual, puede tratarse de un desarreglo hormonal que vale la pena consultar con el médico.

Los parientes que se involucran: también es muy recurrente que padres y suegros quieran hacer parte en el cuidado y la crianza de los nietos, a expensas de su experiencia y conocimiento. Esto puede causar problemas entre la pareja, pues la familia política puede tratar de imponer sus puntos de vista. Los padres deben ser los únicos encargados de ponerles límites con respeto y establecer las decisiones y determinaciones que se tomarán en el nuevo hogar.

Dificultades previas: algunas parejas tienen una crisis que pareció aflorar con la llegada de los hijos. Sin embargo, muchas veces esta se desata debido a problemas previos en la relación, que no se han solucionado y que se hacen evidentes con el cambio por el que están pasando. Por eso, la terapia de pareja es importante antes de que las grandes crisis se presenten y resultará sanador acudir a un especialista a manera de prevención.

Rol de padre: aunque el hombre es cada vez más activo en la crianza, muchas veces, la mujer asume el rol principal en el cuidado de los hijos. Ellos pueden alejarse de esta nueva realidad y refugiarse en la vida social o en el trabajo. Para esto es importante un diálogo en el que la mujer le permita a él trabajar activamente en el cuidado del niño, se establezcan responsabilidades y rutinas en las que participen los dos. Sin embargo son, cada vez más, las parejas que planean los hijos y se preparan para ello o, que a pesar de no haberlo planeado, asumen un rol de padres que los fortalece.

Problemas de comunicación: cuando se presentan situaciones que afectan la relación, como la llegada de los hijos, muchas veces se espera que todo se solucione espontáneamente. Esto puede ser un error, porque las circunstancias se van agravando. En algunos casos pueden criticarse mutuamente, se hieren, no se escuchan, no llegan a acuerdos, están a la defensiva, no se expresan y hacen comentarios negativos.

¿Qué piensan los hombres? El esposo se asume como  papá pero también quiere recuperar a su esposa y su relación afectiva. Los especialistas afirman que su actitud es fundamental: debe ser paciente, compresivo, amoroso y tolerante con su pareja. Para que esta situación no se salga de las manos, la pareja debe hablar con otras madres o personas que ya hayan vivido el proceso; también es útil que el hombre asista al curso de preparto y atienda las recomendaciones sobre el tema. Así conocerán a qué se están enfrentando.

Aspectos para mantener los pilares de la pareja

Ser cómplices.

Hacer frecuentemente balances positivos de la relación.

Huir de la rutina.

Mantener detalles que le agradan al otro.

Mantener sentido del humor para ayudar a afrontar situaciones difíciles.

Dar y recibir demostraciones de afecto.

Decir «te quiero» además de expresarlo a través de actos.

Disculparse cuando sea necesario en forma sincera.

Mantener espacios dedicados solo para la pareja.

Mantener una vida sexual satisfactoria.

Desarrollar estrategias para adaptarse a los cambios.

 

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