Cero credibilidad

Una ingeniera que trabaja en una empresa productora de hierro y acero, y que además, fue proveedora de Lérida CDO, comentó de manera desprevenida que al derribado edificio Space le faltaba por lo menos el 44% del hierro necesario para garantizar su estabilidad.

punto de vista appLa especialista se atrevió a explicar que de acuerdo a una de las evaluaciones hechas al edificio, se pudo determinar que presuntamente los dueños de la constructora de la que es socio el ex alcalde y ex gobernador, Álvaro Villegas Moreno, sólo le invirtieron el 56% de hierro del necesario a esa construcción. Sin embargo, el 44% de material faltante se cobró sin ninguna clase de vergüenza a los propietarios asaltados en su buena fe que metieron su dinero en Space.

La implosión de Space es la prueba fehaciente que revolver y fusionar intereses políticos con empresariales en muchas ocasiones es bastante peligroso. Que le tumben un edificio a un ingeniero cualquiera, puede pasar, pero que le demuelan un proyecto habitacional a Álvaro Villegas Moreno, quien se desempeñó por varios años como presidente de la Sociedad Antioqueña de Ingenieros, SAI, integrada por vacas sagradas que profesan tener la razón frente al desarrollo urbanístico de la ciudad, es una pérdida total de la credibilidad…

Detrás de un globo

Disfrutando del sexto piso se encuentra el concejal de Medellín por el Partido de la U, Santiago “El Santy” Martínez, quien nació en el municipio de Corozal en el departamento de Sucre, el 4 de septiembre de 1953.

Hace un par de días un grupo de amigos liderados por la monumental abogada Paula Andrea Zapata Uribe le celebraron la conmemoración por haber llegado sano y salvo a semejante número de años de existencia.

Al ágape fueron invitados pocos. Unas 52 personas participaron de la cena que se ofreció en el Restaurante El Máximo, ubicado en la Avenida Jardín en el barrio Laureles de esta innovadora ciudad. Hubo poesía, “El Santy” lloró…

Martínez, criado en un pueblito ubicado en el centro de su departamento se debate entre la chabacanería de la personalidad costeña y lo bueno, lo malo y lo feo de los paisas.

No estoy seguro si se vino detrás de una retroexcavadora o un globo para Medellín, pero lo que sí sé, es que a punta de codo y trabajo, guste o no guste, se ganó por más de una década, un espacio en la clase política antioqueña que se caracteriza por ser elitista, regionalista y rosquera.

“El Santy”, un tipo humilde, “que sabe cositas”, y con una espuela de padre y señor mío, es licenciado en español y literatura, además de jurisconsulto de la Universidad de Medellín. Es especialista en Derecho Administrativo de la Universidad Pontificia Bolivariana y realizó cursos de postgrado en derecho, política y criminología en la Universidad de Salamanca y una especialización en constitución y democracia en la Universidad de Castilla, ambos claustros ubicados en la tierra de los Reyes que vinieron a inaugurar la Biblioteca España que construyó Fajardo y que en la actualidad se está cayendo.

Mejor comentario

Santiago Manuel Martínez Mendoza, un mancito más preparado que una salsa pasta italiana, no solamente se ha dedicado a la política brincando del liberalismo al Partido de la U.

“El Santy”, le ha invertido, paralelamente a su actividad política, el tiempo necesario a los deportes que más le gustan, boxeo, sóftbol, béisbol y el fútbol aficionado y profesional.

La verdad sea dicha. Como diría un curita de mi pueblo: “aunque se me pegue la lengua al paladar” Santiago Manuel Martínez es uno de los mejores comentaristas de fútbol de la radio antioqueña.

La experiencia la ha obtenido de transmisiones realizadas en emisoras como Radio Súper, Todelar, Caracol y Múnera Eastman Radio, sin contar su participación en un programa de televisión que se emite por el canal UNE.

Buen tamal

La expectativa en la actualidad para “El Santy” es el futuro de las elecciones territoriales. Dice el mismo político que ya sacó la calculadora para repasar los casos de factorización, con el fin de sacar el mejor provecho.

A un año y dos meses de terminar su quinto periodo como concejal de Medellín, y haber permanecido en los gobiernos de Juan Gómez, Luis Pérez, Fajardo, Alonso y Aníbal Gaviria, el oriundo de Corozal, Sucre, piensa en cambiar de corporación y postularse como aspirante a la Asamblea de Antioquia, sólo si los planetas se alinean.

El asunto es sencillo. Si el Partido de la U y especialmente el grupo del senador Germán Hoyos, logra apoyar a un aspirante a la Gobernación de Antioquia con opción de poder, Santiago Manuel se le medirá a la Duma departamental.

Los aspirantes que han mostrado intenciones de medírsele a la Gobernación, eso sí, que hacen parte de la Unidad Nacional de Santos, son en la actualidad Luis Pérez y los posibles verdes gobiernistas Alonso Salazar, Federico Restrepo y Mauro Valencia, si no lo acaban de inhabilitar por chanchullero. Carlos Mario Montoya criado en las huestes conservadoras es otro de los nombres que están analizando para apoyar…

Lo claro es que si el grupo del senador Hoyos no logra amarrar un buen tamal, lo más seguro, dice “El Santy”, es que se le mida nuevamente a un sexto periodo en el Concejo de Medellín.

Tocando pavimento

Ad portas de las elecciones territoriales para alcaldías, gobernaciones, asambleas y concejos hay que recordarles a los políticos que su peor error es estar convencidos que un periodo no tiene fecha de vencimiento y que las futuras elecciones se tienen ganadas.

No todo buen servidor tiene buen trabajo electoral y no todo buen buscador de votos tiene un buen desempeño en su curul. La demostración para ese argumento es la imagen, el espanto que en menos de una semana se me apareció dos veces.

Caminaba desapercibido por el Centro Comercial Premium Plaza cuando de repente vi por las escalas eléctricas de las salas de cine al ex representante a la Cámara por la Alianza Social Independiente, ASI, Juan Manuel Valdés Barcha.

Iba solito espantando la gente, delgado, sin aura, sin luz. Me miró, lo miré. -¿Qué más hombre?, me dijo, -no también como usted, le respondí. No hablamos más. Me fui pensando sobre este joven político antioqueño que desaprovechó el cuartico de hora por la simple razón de no haber sido capaz de conquistar a los verdaderos integrantes de la ASI, los desilusionados de Compromiso Ciudadano y uno que otro conspirador contra el fajardismo.

Esa la misma semana Valdés Barcha caminada por el Centro Comercial El Tesoro, que administra la hermosa noviecita del violonchelista Federico Restrepo, que dicen, no me puede ver ni en pintura. Iba solito espantando la gente, de gafitas para la miopía. Me miró y lo miré, pero esta vez hubo algo particular.

Cuando cruzamos la mirada por un par de segundos sucedió que el tiempo se fraccionó, se detuvo tanto que podría asegurar que fue toda una eternidad apreciar ese par de ojos fuera de sus cuencas, desorbitados con un opaco haz de luz a punto de desatar una esquizofrenia. Sentí mucho miedo.

Lo único que hice fue salir corriendo y ratificar que cualquiera no puede dárselas de político y creer que se tiene la verdad porque en este escenario incierto en el momento menos pensado se regresa a la cruda realidad, el pavimento.

Entre paisas

Siempre he dejado al lado el regionalismo paisa. Esa actitud elitista ha hecho que en diferentes partes del país nos tengan, en cierto modo, bastante resistencia. ¡Ay qué pereza esos paisas tan bullosos, tan vulgares, tan chicaneros y sobradores, tan hablantinosos!…

Pero a Dios lo que es de Dios y al César lo que es del César. El ingreso de multinacionales a Medellín ha traído, además de productos y servicios, personas de otras partes del país a trabajar que no entenderán nunca la manera en que vivimos en la montaña.

Como será de rica esta tierra que a Medellín han llegado bogotanos, boyacos, tolimenses, huilenses, pastusos y costeños para evitar mencionar la cantidad de argentinos mochileros que hoy se adueñan de los semáforos de la ciudad, arrebatándonos el “empleo” para los nacionales. Saltimbanquis, magos y cantantes he visto…

Permítanme un poco de sinceridad. Algunos de esos bogotanos, boyacos, tolimenses, huilenses, pastusos y costeños el “servicio al cliente” lo tienen en los jarretes y en eso, los paisas damos cátedra…

Las últimas tres veces que he visitado Cine Mark en el Centro Comercial El Tesoro han sido nefastas. Me he sentido a punto de reventar por la pésima atención de uno de sus empleados, que en vez de solucionar problemas los genera. Claro, no es paisa, por su dicción podría jurar que es del interior del país.

El jovencito no ha llegado a los 30 años de edad, usa lentes para el astigmatismo y es más alto que yo, pero estuve a punto de darle en la jeta. El primer caso fue con una botella de agua, imposible ingresar a la sala de cine con dos tragos de agua. De haberlo hecho, lo más seguro es que la economía de la cafetería de Cine Mark hubiera colapsado. Como era la primera vez me aguanté.

La segunda vez compré la boleta a una chica de la taquilla que siempre quiere venderme unas galleticas para ajustar su salario. La jovencita, encantadora, me entregó un boleto de una película que ya había pasado. A las 7:00 de la noche me vendió una boleta para cine a las 6:20 de la tarde, pensado que era para las 9:20 de la noche.

Vuelva a hacer el reclamo. Aparece el mismo tipo, de gafas, flaco, a quien se le dificulta mover la mandíbula. –Vaya allá a ver si se la cambian. No dije ni mu, pero la chica quien aceptó la equivocación cambió el boleto sin contratiempos.
Con la tercera vez tuve un ataque de epilepsia y me tragué la lengua. Compré el boleto que iba a pagar con $10.000 (diez mil pesos), pero el billete tenía una cintica en una de las esquinas.

La cajera me dijo que no podía recibirlo, el mismo flaco estaba al lado, el de gafas, de menos de 30 años. La chica solicitó autorización para aceptar el pobre billete y el miope hizo un gesto negativo.

Eso no pasa cuando la atención y servicio al cliente la tiene un paisa. ¡Un antioqueño te quita el billete así sea falso ese hp con cinta y todo!, te soluciona el problema, te hace sentir bien como en casa, te atiende bien con tal de no dejar escapar un cliente porque sabe y entiende que de 10 mil en 10 mil se hacen millones.

Lo contrario sucedió en la Librería Panamericana que tampoco es de empresarios paisas. Fui a comprar un mouse para la PC. También trabajan personas de otro lado. La misma vaina, hay que bravear hasta al putas pa’que te atiendan. Pues en este negocio, el vigilante, oigan, el guachimán me llevó a la vitrina del accesorio que iba a comprar, me los explicó, me presentó características, precios y bondades al punto que compré uno, por mi lo nombro de gerente. Total, era un paisa…

El gran burdel

Increíble fue la reacción que tuvieron algunos representantes de la institucionalidad con el informe que hizo un periodista peruano en el que se refirió a Medellín como “El Burdel más grande del Mundo”.

En el informe periodístico que hizo como encargo para un canal inglés expuso varios casos de madres asustadas porque la virginidad de sus hijas menores de edad es vendida por los integrantes de combos armados.

Aunque el título del informe causó malestar, es lo de menos. Putas hay aquí, en la China y en la Conchinchina. La preocupación de las autoridades no debe ser la percepción que se tenga en el exterior de Medellín, sino lo que pasa en el interior de la ciudad como la explotación sexual infantil, mal llamada prostitución sexual infantil, que no existe.

El concejal Luis Bernardo Vélez Montoya, sostuvo que en la ciudad, la explotación sexual infantil es un delito que se viene cometiendo hace mucho tiempo con niñas hasta de 10 años de edad, quienes ofrecen sexo oral a conductores de camiones y taxistas entre otros personas en la denominada calle de Las Terneritas.

Lo preocupante, dice el político, es que a las autoridades les ha quedado grande contrarrestar el problema por su incapacidad y por las pocas denuncias que se reciben sobre el delito.

Zona húmeda

Esa noche tuve una corazonada e inclusive me dio susto el encuentro que estaba por presentarse. Sin embargo la curiosidad me pudo, aspecto que hizo que me demorara en el baño más que de costumbre.

Me acicalé como para noche de bodas, me puse una buena pinta y hasta usé seda dental para aquello de extraer cualquier clase de partícula que genere mal aliento.

Tomé la decisión de ir en mi propio vehículo para que me sirviera de disculpa, con el fin de evitar el consumo de licor. Tengo que aceptar que mientras subía me encontraba nervioso, pero mucho más, ansioso por lo que podría pasar esa noche.

Llegué a la casa de la pareja que me había invitado a cenar y pasar un rato entre una buena conversación. Al tocar el citófono de la casa una voz dulce me invitó a pasar. Vivían en un condominio en las afueras de la ciudad, una casa grande, con piscina climatizada, en donde también había una zona para asados y juegos de mesa.

Me bajé del carro y la pareja me estaba esperando. Ella estaba vestida con un traje blanco de lino, que sutilmente dejaba prever una diminuta ropa interior blanca que combinaba perfectamente con su piel morena. Lo único que hice fue disimular y tragar un poco de saliva. Su esposo estaba muy casual, tranquilo y demasiado amigable.

Pensé que la velada iba a ser sólo de tres personas, pero la verbena ya había comenzado. Una pareja de amigas estaban conversando, tomándose un par de tragos en el interior de la piscina. -Mucho gusto, un placer conocerlas, les dije. Los anfitriones me ofrecieron algo de tomar y me invitaron a la zona húmeda… continuará… Ver primera parte: CENA PARA TRES

The Truman Show

Por: @adolfospina

Nada distinto podía esperarse del cacareado debate por parapolítica adelantado por el senador Iván Cepeda a su colega Álvaro Uribe Vélez. Entre saeteas acusatorias lanzadas de lado y lado, el Senado de la República le mostró al país, al que dicen representar, lo que es la verdadera política colombiana.

“Que Uribe esto”, “que Cepeda aquello”, “que Chamorro recibió cheques”, “que Cristo (Juan Fernando), no sirve”, etc, etc, etc, fueron los profundos argumentos utilizados por los debatientes. Y las ¿conclusiones? brillaron por su ausencia, lo único de lo que se tiene certeza estriba en el tema del próximo “debate” que se adelantará: la “Farcpolítica”, con cambios de posición en el espacio escénico, pero con los mismos protagonistas, que mutarán de rol, pasarán de acusados a acusadores.

Mientras tanto el auditorio, que disfruta al mejor estilo cristiano de la sangre derramada en la arena, se las arregla para solucionar sus problemas de salud, alimentación, educación, seguridad, empleo y demás, pero con la felicidad que brinda el comer prójimo en las cafeterías que ambiciosas amplificaban la transmisión minuto a minuto del show.

El decorado estaba montado, el cubrimiento mediático no había escatimado recursos técnicos ni humanos, si alguno iba al baño, (a encontrarse con yidis), allí habrían cámaras, si el otro decidía convertirse en un Sherlock Holmes regional, allí habrían cámaras, si Claudia requería de algún espacio para usar sus valiosos recursos de estilo, allí habrían cámaras, y con cada una de ellas un experto analista de la realidad nacional, internacional y universal, con conocimiento de física cuántica, analizaría lo profundo o no del nuevo aporte al debate.

Qué tristeza de clase dirigente, qué tristeza de “ágora de la democracia” (pobrecito Roy). Y que quede claro que quienes protagonizaron el profundo, interesante e importante debate son dos de los símbolos del Congreso de la República, en cuanto a su cantidad electoral, su significación política y tradición en los escenarios públicos.

Compartiremos la tesis de que fueron muy buenas actuaciones, que la fotografía en exteriores y los efectos especiales estuvieron a la altura de un buen espectáculo, (no olvidemos la riqueza literaria), lástima el guión, poco original, se le abonan algunas modificaciones, y es este minúsculo último detalle el que le restó la posibilidad de obtener un “Oscar” a la academia, he ahí el motivo por el que “el debate” pasará sin pena ni gloria, así la intención de su creador como la de los protagonistas hubiera sido la de superar “El Show de Truman”.

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Redacción Minuto30

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