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El pueblo portugués que cambió para siempre por 500 mil kilos de cocaína

El naufragio de una embarcación colmada con cocaína cambió para siempre el rumbo de un pueblo pequeño, ubicado en el archipiélago de las Azores, Portugal. Lo que sucedió en Rabo de Peixe parece sacado de una película, según lo reseña este jueves el diario El País de España, en una crónica titulada “Así destrozó a un […]

Publicado por: Minuto30.com

Armada incautó 700 kilos de cocaína en aguas del Océano Pacífico
Foto: Armada Nacional

Armada incautó 700 kilos de cocaína en aguas del Océano Pacífico

Archivo, usada para ilustrar esta noticia. Cortesía: Armada Nacional

El naufragio de una embarcación colmada con cocaína cambió para siempre el rumbo de un pueblo pequeño, ubicado en el archipiélago de las Azores, Portugal.

Lo que sucedió en Rabo de Peixe parece sacado de una película, según lo reseña este jueves el diario El País de España, en una crónica titulada “Así destrozó a un pueblo de 7.000 habitantes media tonelada de cocaína extraviada”. Las autoras,  Rebeca Queimaliños y Macarena Lozano, están realizando de un documental sobre el tema, que se espera sea estrenado dentro de poco.

Su crónica describe al pueblo como un lugar tranquilo, de esos en los que nunca ocurre nada. O al menos así era hasta el día del naufragio.

Fue un “velero modelo Sun Kiss 47 de 14 metros de eslora que naufragó en la costa azoreña en junio de 2001, transportando 505,840 kilogramos de cocaína con una pureza superior al 80 %. En euros, unos 40 millones”, destacan.

Resulta que el viento golpeó el mástil y averió la embarcación, que no pudo ni continuar su camino ni acceder a un puerto, por el riesgo de ser atrapados. Así que la tripulación decidió hundir los paquetes en el océano y esconder parte de la mercancía en una gruta cercana al pueblo.

Pues bien, ese plan tampoco tuvo éxito porque los paquetes salieron a la superficie, y en pocos minutos decenas de personas estaban en la playa recogiendo cocaína. Desde señoras, amas de casa y hombres de edad, hasta muchachos; parecía una entrega de regalos.

Solo 400 kilos fueron recuperados por la Policía, que se hizo su agosto en una de las operaciones más grandes en la historia de ese pequeño pueblo. El resto quedó en manos de la gente que, como reseña el artículo era “una población civil castigada por la escasez y la ignorancia”.

Las autoras citaron a un periodista llamado Nuno Mendes, que cubrió los hechos y recordó que “la policía sostuvo que el yate transportaba solo 500 kilos, pero es absurdo. El barco podía albergar hasta 3.000 kilos de cocaína y nadie cruza el Atlántico cubriendo un porcentaje tan bajo del espacio disponible. 100 kilos de cocaína, aunque de pureza exquisita, no destrozan a una generación”.

Explicó el comunicador que en el pueblo, el consumo de coca hasta entonces era residual y solo al alcance de jóvenes de clase media-alta. Indicó que el problema de Rabo de Peixe “surgió cuando se democratizó su uso y una población muy empobrecida empezó a consumir a discreción y a traficar con ese material de forma esperpéntica”. Sin embargo, era un problema a discreción, nadie hablaba de él.

Rabo-de-Peixe

Una vista del puerto principal de Rabo de Peixe. Foto tomada de Wikipedia.

En el pueblo urgía el dinero y la cocaína que encontraron como caída del cielo fue una oportunidad. Relata la crónica que por algo más de 20 euros se conseguía un vaso repleto del polvo blanco.

Los pobladores desconocían el valor de la droga y no tenían claro lo peligrosa que podía ser.

Y entonces los hospitales colapsaron por pacientes con sobredosis y fue necesaria una intervención urgente. En los medios advertían todos los días los efectos de la cocaína, pues el hallazgo llevó a un consumo absurdo.

“Fueron semanas de pánico, terror y descontrol absoluto”, recuerda la periodista Teresa Nobrega, citada en la crónica. “Nadie estaba preparado para algo así. La prueba es que sigue siendo un episodio no superado casi 20 años después”, añade.

Incluso, hay historias en el pueblo de mujeres cocinando con cocaína en lugar de harina y hombres usándola como azúcar para el café.

La crisis se saldó con 20 muertos y decenas de pacientes intoxicados en solo tres semanas, luego del naufragio. Las cifras, sin embargo, no las entregaron las autoridades sino los médicos que atendieron la crisis.

Fue laa aprehensión de un italiano llamado Antoni Quinzi lo que permitió a la Policía recolectar cocaína oculta. El hombre accedió a contar lo que sabía cuando le describieron el estado del pueblo en el que había terminado la media tonelada perdida.

Su testimonio fue clave, pero el tipo no toleró la prisión e intentó escapar en un episodio surralista. Contó el artículo que “Quinzi saltó el muro de la cárcel desde el patio, se despidió de la policía con la mano y huyó en una Vespa que le esperaba en la carretera”. Sin embargo, su libertad no duró, pues la policía lo detuvo tan solo dos semanas después.

Antoni Quinzi se convirtió en una leyenda y aunque nadie lo ha visto en persona, todos en Rabo de Peixe lo conocen. Incluso, en la isla se mide la pureza del  coca en términos de “el italiano”, como unidad métrica.

Y es que 17 años después, las consecuencias de lo que podría parecer un accidente no dejan de  verse en el pueblo.  “La pureza de la cocaína produjo un efecto catastrófico. El subidón de la droga era tan bestia que la gente empezó a consumir heroína para poder dormir”, le contó a las autoras Suzete Frías, entonces directora un sanatorio, quien describió que con la situación surgió en la isla un problema de drogodependencia.

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Redacción Minuto30

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