La diferencia cada vez mayor que las encuestas sobre intención de voto reflejan entre Juan Manuel Santos y Antanas Mockus, terminó por quitarle emoción a la campaña presidencial en sus últimas semanas.

Una elección que se preveía récord en materia de participación, impulsada por el cabeza a cabeza del que daban cuenta los sondeos que precedieron la primera vuelta, se convirtió en un proceso desanimado.

«Cuando las elecciones son cerradas eso incentiva las votaciones; cuando son tan abiertas y nadie cuestiona cuál será el ganador, hay un desestímulo doble», aseguró el analista Rafael Nieto.

Los candidatos deberán luchar no solo contra la falta de entusiasmo que, a juicio de analistas consultados por EL TIEMPO han generado los resultados de recientes encuestas, sino también contra la pasión futbolera que desató la llegada del Mundial de Sudáfrica, y que podría auyentar electores de las urnas este 20 de junio.

A juicio de Pedro Pablo Vanegas, profesor de derecho electoral del la Universidad Externado, «es posible que los que se sientan victoriosos digan que un voto más o uno menos no va a afectar a su candidato, mientras que los que apoyan al otro candidato piensen que este ya perdió».

Las encuestas sobre intención de voto parecerían reflejar ese fenómeno. César Valderrama, consultor de la firma Datexco, explicó que estas mediciones simplemente «están reflejando la realidad del efecto de un escrutinio en donde las expectativas que todo el mundo tenía respecto al Partido Verde se desdibujaron».

Javier Torres, director del doctorado en estudios políticos de la Universidad Externado, consideró que para segunda vuelta, «los debates no van a cambiar significativamente lo que hemos visto en las últimas encuestas».

Sin embargo, destacó que en el debate realizado por EL TIEMPO, Citytv y La W, se advirtieron nuevos matíces en el comportamiento de los candidatos. Dijo que Mockus «estuvo mucho más asertivo, tratando de establecer diferencias claras con Santos», mientras que este último «proyecta una imagen de victoria, algo definitivo en materia electoral».

Lo cierto es que los expertos anticipan que la abstención, que el 30 de mayo fue del 50 por ciento, aumentará para la segunda vuelta.

«La participación generalmente sube hasta dos millones de votos entre la primera y la segunda vuelta. Eso seguramente no va a pasar en este caso», aseguró César Valderrama.

Por su parte, Marcela Prieto, directora ejecutiva del Instituto de Ciencia Política consideró que «ir a las urnas es un acto irracional» en la medida en que demanda movilizarse en momentos en que «se suman elementos distractores como los partidos de fútbol del Mundial».

Y, si bien anticipó que «la abstención va a aumentar respecto a la primera vuelta», consideró «muy importante» que «se fortalezca el mandato ciudadano».

Lo cierto es que hoy en parques y corrillos, en barrios y veredas, mucha gente está hablando más de goles en África que de votos en segunda vuelta.

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Redacción Minuto30

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