Quien diga que el tamaño no importa en referencia a los genitales masculinos, ahora tendrá razones para cambiar de parecer. Un estudio reciente señala que el tamaño y la fertilidad están ligados.

Pero no vayan a mal pensar. No es la longitud ni el grosor del pene lo que importa, ni tampoco el tamaño de los testículos, sino la medida de la distancia anogenital (AGD, por sus siglas en inglés), es decir, lo que mide el espacio desde el ano hasta la parte inferior del escroto.

De acuerdo con un estudio publicado recientemente en la revista Environmental Health Perspectives, la medida media es de alrededor de 2 pulgadas (52 milímetros). Si se tiene una distancia más corta que la longitud media, entonces las probabilidades de ser fértiles son siete veces menores.

De acuerdo con el estudio, una medida más corta coincide con la probabilidad de que se tenga un recuento de espermatozoides bajo. Un hombre que se considera en una escala medianamente fértil tiene un conteo de esperma de «menos de 20 millones por milímetro.»

Esta investigación demuestra que los hombres en esta categoría tienen la mitad de probabilidades de concebir en comparación a los hombres con recuentos de espermatozoides normales.

La autora del estudio, Shanna Swan, de la Universidad de Rochester Medical Center, en Nueva York, declaró que el nuevo hallazgo ofrece la posibilidad de obtener una prueba de detección de fertilidad para hombres mucho más simple y menos costosa que las pruebas actuales.

«Además de que es no es un estudio invasivo, cualquiera puede llevarlo a cabo. Además, no es sensible a los factores a los que el conteo de espermatozoides sí es, como el estrés, si el hombre tiene un resfriado o hace calor», señaló Swan.

Claro, esto no es más que una prueba previa. «Por ejemplo, un hombre de quien ya se sabe que tiene problemas de infertilidad y tiene una medida corta entonces habría muchas probabilidades de que algo está mal», afirma la especialista.

Para llegar a sus conclusiones, los investigadores midieron a 126 hombres nacidos a partir de 1988. Una muestra pequeña pero estadísticamente significativa, dijo Swan. El estudio no evaluó qué podría causar que ciertos hombres tengan una breve distancia anogenital.

Pero investigaciones previas, publicadas en 2005 y 2008, consideraron una posible relación entre las madres que estuvieron expuestas a químicos llamados ftalatos durante el embarazo y la AGD de sus bebés y niños varones. Los ftalatos son un grupo de químicos usados en productos industriales y de cuidado personal, como fragancias, jabones, plásticos, pinturas y algunos pesticidas.

En los estudios previos, los científicos rastrearon la presencia de ftalatos en la orina de las mujeres embarazadas. Y hallaron que las que tenían altos niveles de esos químicos durante la gestación daban a luz a niños que eran 10 veces más propensos a tener mediciones de AGD más cortas de lo usual.

Swan, quien también fue co-autora de esas investigaciones, dijo que las evidencias muestran una correlación entre la exposición prenatal a los ftalatos y una distancia anogenital más corta.

«Si la exposición de una madre a los químicos afecta al esperma masculino, eso es permanente. Yo le diría a la gente que entre menos químicos llevemos a nuestros hogares y a nuestros cuerpos, será lo mejor», finalizó.

Con información de de10.com.mx

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