Un hecho insólito protagonizado por policías se presentó en Soacha, cuando uniformados fueron detenidos por extorsión y al verse atrapados, decidieron tragarse las “pruebas”, o bueno, el dinero que habían recibido, para no ser atrapados, llegando hasta el punto de uno de ellos, tener que ser hospitalizado.
El mismo hombre que fue extorsionado, fue el encargado de alertar a las autoridades de lo que sucedía sobre el chantaje ejercido por los agentes de la ley.
En la denuncia realizada se detalló que los oficiales le exigieron inicialmente dos millones de pesos, a este hombre que era acusado de presunta violencia sexual, pero luego de recibir este dinero.
A pesar de reunir y entregar un millón de pesos, la víctima fue retenida de forma ilegal en una estación de policía durante aproximadamente dos horas y luego fue liberado, pero bajo la condición de entregarles $500.000 semanales.
Luego de este tiempo, el afectado fue liberado, pero con una condición: debía entregar 500.000 pesos de manera semanal.
Sin embargo, los policías fueron ‘de malas’ y justo cuando estos corruptos estaban recibiendo la extorsión, fueron sorprendidos y se les vio usando pasamontañas para ocultar su rostro, y queriendo ocultar la evidencia del delito, uno de los policías, decidió tragarse varios billetes.
El tragarse los billetes, hizo que el policía tuviera que ser llevado al hospital para sacar de su cuerpo dinero atorado en su garganta.
Sobre este suceso, el director de la Fiscalía de Cundinamarca, Carlos Manuel Silva, lamentó este hecho y reveló detalles desconcertantes. “Desafortunadamente, tenemos que registrar este lamentable incidente de unos patrulleros de la Policía Metropolitana de Soacha que incurrieron en un procedimiento ilegal”, explicaron.
El fiscal describió cómo uno de los oficiales consumió “un billete de 100.000 y ocho billetes de 50.000 pesos”, sumando la cantidad que los policías corruptos exigían a la víctima.
“Los billetes están hechos de un material resistente, papel moneda, que no se digiere fácilmente”, dijo Silva, explicando las complicaciones estomacales que sufrieron los oficiales hospitalizados, ambos entre 30 y 35 años.
Además el fiscal confirmó que la captura de los oficiales fue grabada, un testimonio gráfico de su intento de ocultar la evidencia tragándose el dinero. Según Silva, estos videos se obtuvieron de las cámaras de seguridad del establecimiento comercial y se utilizarán en el procedimiento legal contra los oficiales.
A los agentes de la ley se les imputaron los delitos de secuestro extorsivo, extorsión agravada y destrucción de evidencia. Silva enfatizó que cualquier persona que haya sido víctima de estos oficiales debe denunciar los hechos.
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