Policías podrán portar armas fuera de servicio tras aumento de ataques del Clan del Golfo

En respuesta a una preocupante ola de violencia contra miembros de la Fuerza Pública, el director general de la Policía Nacional, general Carlos Fernando Triana, anunció que los uniformados podrán portar su arma de dotación incluso cuando estén fuera de servicio. Esta medida busca reforzar la protección personal de los policías, tras los más de 30 ataques registrados en los últimos días.

Según cifras oficiales, cerca de 30 policías y militares han sido asesinados en las últimas semanas. Muchos de ellos fueron emboscados mientras se encontraban de descanso o fuera de sus funciones operativas. Esta situación ha encendido las alarmas sobre las condiciones de seguridad para los uniformados en todo el territorio nacional.

El llamado “plan pistola”, que ha sido atribuido principalmente al Clan del Golfo, ha adoptado tácticas similares a las usadas por los carteles en la década de los 90, durante el conflicto con el narcotraficante Pablo Escobar. Las víctimas han sido seleccionadas tras un seguimiento meticuloso, incluso en sus hogares o momentos de descanso, lo que ha puesto en evidencia una estrategia sistemática de retaliación por parte de estas estructuras criminales.

Durante una declaración pública, el general Triana explicó que la autorización para portar armas fuera de servicio se da “a partir de la amenaza permanente del Clan del Golfo”, lo que implica adoptar medidas operativas que garanticen la vida de los uniformados. Esta decisión ha sido respaldada internamente, pero también ha generado debate entre algunos sectores que advierten sobre el riesgo de aumentar la circulación de armas en contextos no operativos.

Uno de los hechos que desató mayor conmoción fue el asesinato de un agente que hacía parte de la seccional de carreteras en Antioquia. El uniformado se encontraba fuera de turno cuando fue atacado. Este y otros crímenes similares evidencian el grado de organización detrás del plan violento del Clan del Golfo.

El presidente Gustavo Petro también se pronunció sobre la situación y reafirmó que su gobierno no cederá ante las amenazas. “Arreciaremos la ofensiva contra el Clan. No tienen escapatoria (…) llegaremos hasta sus aliados en Dubái”, afirmó, en referencia a la posible conexión de esta organización criminal con redes internacionales.

El inicio del actual plan de ataques coincide con la neutralización de José Miguel Demoya Hernández, alias “Chirimoya”, uno de los hombres de confianza de alias “Chiquito Malo”, máximo cabecilla del Clan del Golfo. Su muerte en una operación militar el pasado 4 de abril habría desatado la serie de atentados contra policías y militares.

Mientras continúan los operativos en las principales vías y puntos estratégicos del país, las autoridades refuerzan los protocolos de seguridad y seguimiento a los responsables. Sin embargo, la situación sigue siendo crítica en varios departamentos, donde se han desplegado tropas adicionales y medidas extraordinarias para contener la amenaza.

Aunque la medida de portar armas fuera de servicio pretende proteger la vida de los policías, organizaciones defensoras de derechos humanos y expertos en seguridad han advertido que también podría incrementar los riesgos para los mismos uniformados y la ciudadanía, si no se implementa con estrictos controles.

Por ahora, la Policía Nacional insiste en que no se dejará intimidar y que continuará enfrentando a los grupos ilegales con contundencia, mientras el país observa con atención los efectos de esta nueva estrategia de autoprotección para quienes enfrentan en primera línea a las organizaciones criminales.