El derecho a marchar y manifestar determinadas diferencias u objeciones frente a decisiones de carácter nacional es totalmente entendible, es democrático, es más, en muchas ocasiones he marchado pero, sin duda alguna, con algo que no estoy de acuerdo, es que se use ese mismo derecho a expresar las inconformidades frente a decisiones gubernamentales para vandalizar y destruir infraestructura pública, atacar a la fuerza pública y mucho menos, aprovecharse de la ocasión para saquear establecimientos públicos.

Peor aún, son quienes utilizan el caos para su beneficio personal, en procura de fortalecer su imagen política en búsqueda de ganar las elecciones en 2022. Y sí, estoy hablando de Gustavo Petro, quien empuñó en su momento las armas y hoy empuña un discurso de odio de clases e incentiva el caos y la destrucción que tanto nos afecta.

Petro es una persona que se pavonea y enorgullece frente al impulso irracional de algunos, creería que sus secuaces, de destruir todo lo que se les atraviesa, poniendo incluso en riesgo su vida y la de los demás. Ese desapego a la vida, al respeto por el otro, es sin duda un acto absurdo alentado por quien se apasiona y disfruta de la violencia.

El llamado es a que, si realmente amamos tanto a nuestro país, protestemos en contra de lo que no estemos de acuerdo, pero no permitamos que un tipo de semejante calaña incentive el caos y detrimento social. La violencia nunca será la respuesta ni la solución.

La opinión del autor de este espacio no compromete la línea editorial de Minuto30.com

Author Signature
Redacción Minuto30

Lo que leas hoy en Minuto30... Mañana será noticia.

  • Compartir:
  • Comentarios

  • Anuncio