Grecia adoptó en la madrugada de este jueves un presupuesto 2011 severo, esperanzada en poder asumir por sí misma el rembolso de su deuda, aunque los especialistas se preguntan si los grandes recortes previstos bastarán al país para asegurar su autonomía financiera.

©AFP/Archivo / Aris Messinis Un manifestante hace ondear la bandera griega con el mensaje "En venta" en una protesta frente al Parlamento en Atenas.

Con los votos de los 156 diputados del partido socialista al poder (PASOK), de un total de 300, el Parlamento aprobó un presupuesto que prevé ahorros por valor de 14.000 millones de euros en 2011, tras los 9.100 millones ahorrados en 2010.

Al cerrar el debate parlamentario, el primer ministro, Giorgos Papandreou, dijo que está «decidido» a continuar las reformas, y recordó que «sin la ayuda del mecanismo europeo, el país se habría derrumbado».

Dictado por la Unión Europea (UE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI), que otorgaron al país un préstamo de 110.000 millones de euros a lo largo de tres años, el presupuesto griego de 2011 prevé una reducción del déficit público de dos puntos, a 7,4% del PIB, tras una baja prevista de seis puntos en 2010 gracias a un plan de rigor draconiano.

El presupuesto recién aprobado incluye nuevos recortes salariales en las empresas públicas, un alza del IVA, y el mantenimiento de la congelación de las jubilaciones, dentro de una economía que espera se contraiga un 3% del PIB en 2011.

La UE y el FMI dan la bienvenida a estos esfuerzos, que afectan duramente la vida diaria de los griegos y generan una tensión social creciente.

«Después de seis meses de esfuerzos intensos, hay señales de mejora de la competitividad (…) y de la situación presupuestaria del país a largo plazo», destaca el FMI.

Las agencias internacionales de calificación financiera comparten ese análisis, aunque amenazaron recientemente con degradar de nuevo la nota de la deuda griega, que Moody’s y Standard&Poor’s incluyen ya en la categoría de inversión especulativa.

Así, el desafío se presenta hercúleo para un país pequeño que no dispone de recursos naturales suficientes ni de una industria potente, y que depende de los servicios (turismo, marina mercante) y el comercio.

Después de 2011, Grecia tendrá aún que «generar excedentes significativos durante un cierto número de años», para «facilitar y mantener la reducción de su ratio de endeudamiento», previene el economista de Eurobank Platon Monokroussos, en un estudio reciente.

El economista advierte también que hará falta un «esfuerzo enorme» para «reducir los gastos y aumentar la recaudación presupuestaria», para reducir duraderamente la deuda pública.

Ante esta dura tarea, algunos círculos izquierdistas griegos militan abiertamente por que Grecia deje inmediatamente de reembolsar lo que debe.

«No somos de los que dicen que Grecia debe dejar de pagar su deuda, sino de los que dicen que la deuda a largo plazo debe restructurarse», porque de lo contrario, Atenas no podrá cumplir con sus vencimientos de deuda en 2014 y 2015, dijo a la AFP Giorgos Daremas, miembro del grupo altermundialista Attac-Grecia.

La ironía es que algunos analistas financieros de la City londinense o de Wall Street, como el economista estadounidense Nouriel Roubini, juzgan ineluctable una restructuración de la deuda del país para aliviar la presión.

ATENAS (AFP)

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Redacción Minuto30

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