Buen paso marca el Alto Comisionado para la Paz, Juan Camilo Restrepo Gómez, al presentar formalmente a Antioquia y a Colombia, el pasado miércoles 11 de agosto de 2021 (fecha en la precisamente celebramos 208 años de la Independencia de nuestra Antioquia), el Observatorio de la Paz y del Conflicto del Politécnico Colombiano Jaime Isaza Cadavid, como un organismo que, en palabras de su rector “de manera permanente comenzará a funcionar y a producir todo tipo de documentos, análisis y recomendaciones, que enriquezcan los conceptos de paz y formulen alternativas a los procesos que vienen en marcha y los que están por venir”.

Sin duda, este es otro instrumento que permitirá formular recomendaciones, estrategias, planes y programas, en busca de la anhelada paz. Se suma, esta apuesta, a los distintos Consejos municipales y departamentales de Paz, para conformar una gran red que trabaje para que el conflicto en Colombia desaparezca muy pronto, de la mano de conceptos básicos como Paz con legalidad.

Haciendo eco de esa valorada Independencia de Antioquia, firmada por don Juan del Corral y refrendada por nuestro general José María Córdova, en la seguidilla de combates en el sitio Chorros Blancos, dijo el Alto Comisionado para la Paz, el doctor Restrepo Gómez: “Para que exista libertad, debemos de consolidar la paz”. Y dejó un mensaje esperanzador para Antioquia y Colombia: “Nuestra oficina (del Alto comisionado) está comprometida con la implementación de los acuerdos de paz. No les puede quedar ninguna duda”. Y propuso una gran celebración de los 5 primeros años del Proceso de paz, “donde se presentará un balance con muchas miradas, pero donde ha de quedar claro que se hace un reconocimiento y se garantizan los derechos de las víctimas, que superan los 9 millones de colombianos”.

Fue enfático en marcar una hoja de ruta para el año que resta de gobierno, en el sentido de verificar las reales intenciones de paz de los grupos armados organizados; de verificar siempre y en todo caso, las reales intenciones de los grupos armados al margen de la ley.

Releyendo el libro Paz social y cultura de la paz de la catedrática Virginia Arango Durling, en su prólogo encuentro conceptos sencillos y acertados: “El concepto de paz ha evolucionado desde la Segunda Guerra Mundial, pues no es sólo ausencia de conflictos o guerra, sino es un fin, un objetivo imprescindible para ejercer y disfrutar los derechos humanos, en otras palabras, la paz es sinónimo de promoción y respeto de los derechos fundamentales.

La paz, valor universal, anhelado y necesario en el mundo, no se ha cristalizado y es precaria, debido a las constantes amenazas, producto de la violencia que se da en todos los ámbitos, en los Estados, en conflictos armados, en actos terroristas, en los hogares; por el armamentismo y las armas nucleares, por el antagonismo entre los Estados, por las divisiones ideológicas y religiosas, por la injusticia, la represión, la explotación económica y en general, el menosprecio por la dignidad del hombre”.

En este contexto, encuentro claro los planteamientos del Alto Comisionado para la Paz, en el sentido de pedir que cesen las actividades criminales, que (los grupos armados) renuncien al secuestro, a la instalación de minas antipersonal, al reclutamiento de menores y a todas las hostilidades contra la población civil, para así verificar las reales intenciones de paz. Sin duda, las palabras dichas en el marco de la puesta en marcha de este Observatorio de la Paz y el Conflicto, auspiciado por la academia, y en particular por Libardo Alvarez Lopera, el rector del Politécnico Colombiano Jaime Isaza Cadavid, lo que expresan es una clara voluntad de paz del gobierno y un dejar la puerta abierta para que la crucen todos aquellos que entienden que la paz es obligación de todos y es inherente a la condición humana y al bienestar de los pueblos, particularmente, de nuestra amada Colombia.

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Redacción Minuto30

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