El cáncer linfático avanzado del primer presidente de izquierda en la historia de Paraguay, Fernando Lugo, ya debilitado políticamente, suma incertidumbre en este país, entre los más pobres de Sudamérica.

Esta enfermedad es un nuevo revés para el «obispo de los pobres», cuya elección había despertado grandes esperanzas de cambio en 2008, tras 62 años de gobierno del Partido Colorado (conservador).

Desde entonces, la popularidad de Lugo se desplomó «de 90 a 50%», según Francisco Capli, de la firma de sondeos First Analisis & Estudios, debido a un estancamiento de su programa de reformas, pero también al escándalo provocado el año pasado cuando reconoció la paternidad de un niño que entonces cumplía dos años.

Al poco tiempo, dos mujeres también afirmaron que tenían un hijo de Lugo, quien dejó los hábitos en 2006 para iniciar su campaña política de cara a las elecciones nacionales.

Una de las mujeres todavía espera el resultado de una prueba de ADN al que se sometió a fines de agosto el presidente, de 59 años.

Rapado y con gorra, el presidente ya no esconde los efectos de la quimioterapia a la que se somete, pero se muestra cada vez menos en público desde el anuncio de su cáncer linfático el 6 de agosto, habiéndose quedado encerrado varios días en su residencia en Asunción.

«Son unos cinco, seis días de mayor cuidado entre los ciclos (sesiones de quimioterapia) en los que el presidente toma mayores precauciones para no estar en contacto con demasiada gente, en lugares cerrados o con multitudes, para no contagiarse», explica su médico, Alfredo Broccia, quien añadió que Lugo «está bien» y que los pronósticos sobre su linfoma son «buenos».

Miembros de la oposición aumentaron la presión en los últimos días, al sugerir que Lugo debe dejar el poder al vicepresidente y opositor, Federico Franco, del centroderechista Partido Liberal, quien mantiene relaciones tensas con el jefe de Estado.

Pero Lugo «no va a renunciar como presidente de la República», respondió el jefe de gabinete, Miguel López Perito.

Debilitado por la enfermedad, Lugo ya estaba en una situación política difícil luego de haber perdido la mayoría en el Parlamento.

Aunque instauró la gratuidad de la salud pública e intentó limitar la corrupción, una parte de la población está decepcionada con Lugo por su programa social y por la lentitud con que se lleva a cabo la reforma agraria, en un país donde el 80% de las tierras está en manos del 2% de sus habitantes, afirma Capli.

Para Bernardino Cano Randil, profesor de ciencias políticas en la Universidad de Asunción, la situación era predecible.

«Lugo llegó con la firme intención de cambiar algunas cosas, pero si bien ganó un hombre de izquierda radical, sus hombres sólo obtuvieron dos de los 125 escaños en el Parlamento: llegó al poder gracias a su personalidad pero también porque tenía como aliado un partido muy importante, el Partido Liberal», que desde entonces le retiró su apoyo, explica.

«Después de un año intentando forzar el sistema, parecía haber entendido que había que empezar a dialogar, y de repente nos enteramos de que Lugo está enfermo: esto fue un golpe muy duro», añade, al calificar al mandatario de «muy vulnerable».

Vía panorama.com.ve

Author Signature
Redacción Minuto30

Lo que leas hoy en Minuto30... Mañana será noticia.

  • Compartir:
  • Comentarios

  • Anuncio