Un paro justificado que lleva más de un mes, no tiene rumbo ni destino y de seguro no va lograr los cambios estructurales que desea por la indiferencia del Gobierno Nacional.

Las exigencias por parte de los docentes de toda la nación son más que justificadas: un sensato financiamiento a la educación pública, un sistema de salud eficiente y garante, un salario digno para la labor tan importante que es la enseñanza, alimentación escolar a los alumnos, procesos de formación y crecimiento profesional para los maestros, implementación de la jornada única escolar, bonificación anual y renovación y construcción de planteles educativos pertinentes para los cambios trascendentales que se quieren lograr por medio de la educación, tan lejanos a este gobierno.

¿Quién sería tan cínico de decir que no son justificadas sus exigencias? Bueno, Para el Gobierno Nacional sí son justificadas, el problema es que la única respuesta que encontraron a ello fue: “no tenemos los recursos”.

Si no hay los recursos, ¿quién debe ser el encargado de conseguirlos? ¿Usted señor lector? ¿Los maestros? ¿Los estudiantes? ¡No! Es el Gobierno Nacional quien tiene que abrir los ojos y aceptar la crisis educativa que vive el país, por la cual, y con la cual, no vamos a lograr ser ‘Colombia la más educada’ ni hoy, ni mañana, ni nunca si seguimos como vamos.

La educación es el motor para transformar el tejido social tan corroído y corrupto que actualmente existe en nuestra sociedad, y por el cual somos un país tan desigual e inequitativo.

Colombia es un país donde los docentes ganan cinco veces menos que en otras naciones, y después nos preguntarnos por qué estamos como estamos, por qué se roban los impuestos, por qué hay tanta inseguridad, drogadicción, prostitución, violencia intrafamiliar, social, y muchas otras problemáticas que nos aquejan diariamente.

Es clara la respuesta. Cómo pretendemos cambiar, mejorar y progresar, si la educación carece de modelos pedagógicos con calidad que sirvan a las exigencias del mundo actual.

Estamos acostumbrados a escuchar que aquí ‘trabajamos con las uñas’, y hasta nos sentimos orgullosos de ello porque demostramos el talante y la verraquera que nos “caracteriza”. Pues esa forma de pensar nos ha inmerso en un complicado laberinto del cual, y al paso que vamos, no vamos a salir nunca.

Necesitamos docentes preparados con continuos procesos de formación, pero cómo vamos a exigirles si ni a ellos mismos se les garantiza un sueldo digno, un sistema de salud garante con oportunidades de desarrollo profesional.

¿Será que en Colombia es más rentable la violencia, el narcotráfico, el secuestro, la extorsión, que la educación?
El Ministerio de Educación (MEN) les anunció a los docentes un incremento del 8,75% de su salario, con lo que pretenden lograr un cambio estructural, ¿o será una solución pasajera para aplacar los exaltados ánimos de los más de 300.000 maestros que están en paro? ¿Son estas soluciones simples a problemas complejos? ¿Qué soluciones de fondo lograrán con esto? ¿Con el pasar de los meses qué?

Año tras año en lo corrido de este gobierno los maestros han protestado por lo mismo, a lo que las medidas brindadas no han sido cumplidas. ¿Con falsas promesas y sin soluciones de fondo a dónde vamos a llegar? A la ausencia y el olvido labrando cada día un futuro mucho más subdesarrollado.

Docentes que luchan, protestan, marchan, exigen y siempre reciben la misma respuesta a la misma pregunta: ¿lo lograron? No. Entonces, ¿hasta cuándo? ¿Hasta cuándo vamos a esperar a que este gobierno recapacite, priorice y sea consecuente de invertir los recursos en las principales necesidades de los colombianos?

Será esperar al próximo gobierno a ver qué, porque, ¿sino quién?

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Redacción Minuto30

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