Contrario a la creencia popular, el Virus del Papiloma Humano (VPH) afecta tanto a mujeres como a hombres. El mito de que estos últimos son sólo portadores y no afectados ha elevado la incidencia de los cánceres cervicouterino y en el órgano sexual masculino, al poner poca atención en acciones preventivas de contagio.

Este virus únicamente se transmite por el contacto de la piel durante el acto sexual, sin la intervención de fluidos, y afecta al epitelio estratificado (capas) de ese órgano; por lo que puede causar verrugas, infecciones, y en algunos casos, cáncer en boca, vulva, vagina, ano y pene. De ahí que los especialistas recomienden el uso del condón durante las actividades sexuales para disminuir los riesgos de contagio.

De acuerdo con la doctora Verónica Rocha Rodríguez, directora de la Asociación de Salud y Bienestar Social de la Mujer y su Familia, A.C. (ASBIS), existen más de 100 serotipos de este agente infeccioso; de los cuáles 15 son oncogénicos (capaces de generar cáncer).

A este respecto, comentó que este carcinoma (tumores epiteliales malignos) es el segundo más letal a nivel mundial, sólo por debajo del mamario; ya que datos de 2008 manifestaron 4 mil 36 defunciones de pacientes menores de 25 años en México.

La también integrante de la Red Contra el Cáncer apuntó que el periodo de incubación del Virus del Papiloma Humano depende de cada persona; puede desarrollarse después de seis meses de adquirirlo, hasta 40 años más tarde.

Además, agregó que no presenta ninguna sintomatología ni flujo que dé señal de su presencia, por la que es recomendable que, de tener una vida sexual activa, tanto hombres como mujeres se realicen estudios pertinentes una vez al año.

En el caso de la población masculina, puede detectarse a través de la androscopía, que consiste en observar bajo un lente de aumento y con iluminación las zonas del pene, escroto, ano, pubis y la entrada de la uretra para identificar lesiones producidas por papiloma; así como su grado y extensión.

Con respecto a las mujeres, son dos los procedimientos a seguir: el papanicolaou y la colposcopía. En esta última, el ginecólogo observa la vagina y el cérvix con ayuda de un microscopio especial, llamado colposcopio, en busca de verrugas, lesiones cancerosas o precancerosas. En tanto, en el papanicolaou se toman muestras del epitelio en el endocérvix (orificio que comunica con el útero), cuello del útero y el tercio superior de la vagina en busca de inflamaciones o anormalidades celulares que indiquen la posible presencia de una neoplasia.

Rocha Rodríguez aclaró que estas revisiones periódicas no previenen el desarrollo de infecciones por el virus en cuestión, tan solo identifican células anormales, precancerosa y de cáncer.

A este respecto, apuntó que no existe ningún tratamiento paliativo contra el virus del papiloma humano, sólo para las lesiones que ocasiona. Por ello, añadió, es importante fomentar la cultura de prevención contra el cáncer cervicouterino a través de la vacunación de niñas mayores de 10 años y mujeres de hasta 55.

Con información de informador.com.mx

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Redacción Minuto30

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