Gustavo Coronel

Maduro es un cadáver político. Siguiendo la partitura impuesta por los cubanos continúa hablando sin cesar de una Venezuela que ya no existe, de una “revolución” que realmente nunca existió. Su lenguaje es prácticamente un dialecto hablado por una minoría, hecho a la medida para la negación de la realidad. “Seguiremos dando petróleo a nuestros amigos. Seguiremos dando dinero a los pobres. Seguiremos comprando armas. No hay ningún peligro de desestabilización económica”. Suena como el loro del cuento, riéndose desde el tope del mástil al ver como se ahoga la gente en cubierta, mientras el agua sube inexorablemente. Todavía habla, en contra de toda evidencia, del “mártir” Robert Serra y de su asesinato a manos de la derecha internacional. Ayer Aplaudía frenético a una señora que después de narrar sus angustias en los mercados…. le echa la culpa a la cruel derecha.

Gustavo Coronel

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Su más reciente y estruendoso fracaso ha sido en la OPEP. A un costo inmenso envió a su “canciller” Rafael Ramírez en una gira absurda por medio mundo, para dar la impresión de que Venezuela llevaba a cabo una vigorosa política exterior. La verdad es que en ninguna parte le hicieron caso al desprestigiado Ramírez. Los rusos, los argelinos, los países del golfo, todos le dijeron a Ramírez que se olvidara de las pretensiones de Maduro de cortar producción. La razón era conocida antes de la reunión de la OPEP: ya existía sobre-producción de algunos países, dentro de la organización se estaban haciendo trampa. Existían en el mercado unos dos millones de barriles diarios, la mitad de los cuales era colocado por los países miembros por encima de sus cuotas, violando los reglamentos de la organización.

La situación actual es dramática para Venezuela, país cuyo régimen se ha buscado la tragedia que se avecina. Un régimen botarate, el cual todavía hoy patrocina un festival mundial carísimo en Caracas, puro circo preparado por el mini-ministro Ernesto Villegas, y patrocina conferencias petroleras en Margarita. Cada día que pasa es más grotesco el contraste entre la trágica realidad venezolana y la retórica oficial.

El mercado petrolero está en un nuevo ciclo de precios bajos, el cual durará largos meses. Estos ciclos se han dado en el pasado y se puede observar que el mercado ejerce un mecanismo auto-regulatorio, el cual funciona más o menos así: baja el precio, aumenta el consumo, la demanda crece más allá de la oferta, sube el precio. Sin embargo, hoy actúan en el mercado nuevas fuerzas que pueden influir poderosamente sobre este mecanismo, entre ellas, la creciente producción doméstica de los Estados Unidos y su potencial capacidad para exportar no solo petróleo sino gas natural. Si los Estados Unidos entrase en el mercado como exportador de gas natural para Europa, por ejemplo, ello liberará volúmenes adicionales de petróleo OPEP y de gas natural ruso que actualmente van a esa región. Aún si los Estados Unidos no exporta petróleo (Y probablemente no lo pueda hacer si los precios siguen bajando), al menos su producción doméstica desplazará petróleo OPEP importado. No en vano Arabia Saudita ya le está vendiendo petróleo a USA a descuento, en un intento de conservar esa importante porción de su mercado. Para hacer las cosas más difíciles para los exportadores “pobres”, como Venezuela, Nigeria e Irán, prosigue el progreso de las fuentes renovables de energía en Europa y USA y se han identificado grandes yacimientos de petróleo de lutitas en México, Argentina y China, para hablar de tres países no OPEP que son importantes actores en la ecuación energética global.

El pobre Maduro, ya comenzando su proceso de putrefacción política, se ha dado cuenta de que su política, heredada del difunto, de cambiar de cliente principal, de USA a China, no le está resultando nada bien. Ha descubierto, un poco tarde, que no hay almuerzo gratis y que la dependencia casi total de su régimen en el dinero chino conlleva exigencias que le han obligado a entregar soberanía financiera en manos de ese país, el cual actúa de manera imperialista. Hoy en día, Maduro le debe a China unos $50.000 millones y ya su incapaz ministro de finanzas prepara viaje para ir a pedir más dinero. La desesperada situación financiera del régimen lo ha hecho romper los términos del acuerdo con China para llevar cuatro mil millones de dólares del Fondo Chino a reforzar las exiguas reservas internacionales. China, por su parte, comienza a darse cuenta que su dinero está en peligro, dada la proximidad del régimen a un colapso definitivo. El régimen de Maduro está envuelto en un abrazo de escorpiones que solo terminará con la muerte del más débil. Adivinen ustedes quien.

Este cuadro clínico terminal lleva a Maduro a tratar de liquidar CITGO pero su maniobra es tan evidente que ya ConocoPhillips ha introducido una petición judicial para bloquear la salida de USA de cualquier dinero que PDVSA pueda obtener por esa venta, alegando que sería una operación fraudulenta, diseñada para escapar de sus compromisos ante sus acreedores.

El martilleo sobre el ataúd político de Maduro retumba por todo el planeta. Con rapidez, para escapar al hedor.

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Redacción Minuto30

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