Once Caldas se juega hoy el todo por el todo.

El equipo albo se mide con el Libertad paraguayo en Asunción, en uno de los partidos de vuelta de octavos de final de la Copa Libertadores.

La clasificación a cuartos no se ve complicada tras el 0-0 en Manizales la semana pasada, porque igualar 1-1 o por más tantos (el gol de visitante es el primer ítem de desempate), o ganar le darán el pase al equipo colombiano.

Sin embargo, la mala racha de resultados del conjunto albo en abril, el desorden que ha mostrado en la cancha y la confusión táctica que insinúa Osorio son motivos para pensar que hoy puede salir derrotado de Asunción y regresar a Colombia con el cartel de fracasado.

Once Caldas no gana un partido desde que venció 1-0 al Junior en la Liga Postobón, el 4 de abril. A partir de entonces ha disputado seis juegos más, entre ellos dos de la Copa, con tres empates e igual cifra de derrotas.

A Osorio, los directivos albos le armaron un equipo a su gusto e invirtieron 12 mil millones de pesos en refuerzos. Al técnico risaraldense le trajeron diez jugadores, entre ellos Dayro Moreno, Jaime Castrillón, Luis Enrique Martínez y el venezolano Oswaldo Vizcarrondo, todos ellos con reconocida trayectoria internacional.

El propio técnico dejó el fútbol de Estados Unidos -donde estaba cotizado y bien remunerado- con el objetivo de llevar otra vez al equipo al primer plano de la Libertadores, sin dejar de lado las posibilidades de ganar el título de la Liga Postobón.
En este último torneo, Once Caldas ya está eliminado. En la Copa, hoy tiene 90 minutos para mantener la esperanza. Y Osorio, para salvar su pellejo.