Después de cuatro meses de discusiones, diálogos, debates, encuentros y desencuentros, además de sinnúmero de aplazamientos, la Comisión Séptima de Cámara retoma el estudio de la reforma a la salud, en la que esperan evacuar la totalidad de los artículos que faltan por votar.
De acuerdo con Alfredo Mondragón, Representante del Pacto Histórico y coordinador ponente de la iniciativa del Gobierno, los puntos más álgidos del proyecto como las fuentes de financiación, el uso y manejo de los recursos, al igual que el rol de las gestoras de salud han tenido suficiente debate y no existe justificación para seguir enredando el trámite en el Congreso.
“El filibusterismo puede verse por algunos como una especie de arte, pero para otros es un instrumento mañoso cuando no se tiene contundencia en los argumentos, para justificar el por qué unos artículos o todos son inconvenientes, lo que se ha demostrado es que ha habido debate suficiente, es una reforma para proteger los recursos públicos de la salud, que no le entrega los recursos a los alcaldes y gobernadores, todo eso hace parte del filibusterismo, es decir mandar mensajes equivocados para que generen noticia”, explicó.
Contrario a lo que se ha señalado, Mondragón asegura que la reforma garantiza los recursos y la atención a pacientes con enfermedades crónicas, raras o de alto costo, pero advierte que los recursos deben ir directamente a los prestadores de salud porque considera que la intermediación de las EPS, el peaje que han montado, lo que ha hecho es destrozar los hospitales.