Los gobiernos de ilusiones engañan pero están de moda. El afán de gobernar con slogans, con reconocimientos internacionales ilusorios, está llevando a la ciudad de Medellín a soportar fracasos con pérdidas económicas cuantiosas y frustraciones sociales dolorosas.

Luis Pérez Gutiérrez

Luis Pérez Gutiérrez

A la Ciudad la quieren convertir en un bazar de ilusiones. Para ello, recurren a buscar espectáculos que hagan invisible la inseguridad y escondan los problemas sociales.  Anestesiar a la ciudadanía para hacer creer que todo va bien, es la estrategia. Y en ese intento, se va arrasando con todo, hasta con las obras públicas. Las OOPP se están convirtiendo en juguetes efímeros, en obras frágiles y perecederas pero útiles para el espectáculo. Y la Ingeniería y la Arquitectura están cayendo en esa trampa.

Medellín tiene jugosas inversiones en Obras Públicas que han resultado un engaño, basadas en La Arquitectura del Espectáculo; frágiles, fugaces, perecederas. Las Obras públicas son símbolo de un civilización, son referentes urbanos para la historia; y deben ser capaces de desafiar el uso colectivo y el paso de los años. Pero las Obras Públicas están cayendo en manos de una arquitectura efímera que privilegia ganar reconocimientos primero que servir a la sociedad. Veamos algunas.

La Biblioteca España costó más de $12.000 millones de pesos. Su diseño mereció renombrados premios internacionales. Y hoy se cae a pedazos. Qué vergüenza. Su arreglo cuesta más de $5.000 millones de pesos sin la garantía que perdure. Así como Millonarios ofreció devolver las estrellas de fútbol que se ganó usando dinero de narcotráfico, lo justo es que la ciudad devuelva esos reconocimientos que se le dieron a la Biblioteca España. Son glorias prestadas inútiles para engañar a la ciudadanía..

La Biblioteca La Ladera, donde antes quedaba la Cárcel, recibió dineros públicos por más de $11.000 millones. “Presenta un evidente estado de deterioro. Desde tiempo atrás está lleno de humedades. Los techos se caen a pedazos” (El Colombiano 2014). Por su diseño arquitectónico, expertos aseveran que nunca se podrá superar el problema de humedades. Su estado avergüenza la decencia en el uso de los dineros públicos.

El Puente de Guadua de la Comuna Nororiental tenía el propósito de ingresar a Medellín al Libro de Record Guinness de tener el puente más largo del mundo en guadua. Desde su inicio, Simón Vélez, el Sabio de la Guadua, pronosticó que colapsaría. “advertí que era una locura, que se iba a caer, que era un desprestigio para la guadua”, aseguró. Y colapsó. Más de $1.500 millones del dinero público se tiró a la alcantarilla. Nunca se pudo poner en servicio.  Hoy solo queda la frustración social. Y una vergüenza histórica.

El tiempo es el mejor maestro. Engañar a todos todo el tiempo es imposible.

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Redacción Minuto30

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