Un equipo del Hospital General de Massachusetts, Estados Unidos, después de analizar a 99 hombres que acudieron a su servicio de fertilidad llegó a la conclusión que un alto consumo de grasas saturadas se relaciona con un recuento de esperma un 43% menor y una concentración de espermatozoides en el mismo un 38% inferior a la de varones con una dieta más sana.

Los propios investigadores, dirigidos por Jill Attaman, admiten que se trata de una investigación pequeña; aunque dijeron: “mientras se confirman nuestras conclusiones, los varones que reduzcan su ingesta de grasas saturadas no sólo mejorarán su salud en general, sino que podrían estar beneficiando además su fertilidad”.
En el trabajo de Attaman, el 71% de los participantes era obeso o tenía sobrepeso (un porcentaje similar al de la población estadounidense en general); aunque su análisis desgaja de manera independiente el efecto de las grasas del que puede tener el sobrepeso en la infertilidad.
Con información de vocero.com
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