«Néstor no se murió, Néstor no se murió, Néstor vive en el pueblo…» entonaban la noche del miércoles decenas de miles de argentinos en la Plaza de Mayo y alrededores, a la espera del velatorio del ex presidente Néstor Kirchner, fallecido a causa de una crisis cardíaca.

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Banderas celeste y blancas o rojas, con insignias de agrupaciones kirchneristas, eran enarboladas por militantes consternados, que se convocaron para respaldar a la viuda del líder peronista, la presidenta Cristina Kirchner, y generaban un incesante ir y venir hacia y desde la plaza.

«Soy argentino, soy soldado del pingüino», cantaban los manifestantes en alusión al apodo de Kirchner.

Decenas de cirios se mantenían encendidas en las escalinatas de un monumento de la plaza.

«Él ya está con nuestros 30.000 (desaparecidos de la dictadura (1976/83). Ya lo extrañamos», dijo Estela Carlotto, presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo.

Varios ministros del gobierno encabezaron la movilización frente a la Casa Rosada, sede gubernamental, de la que participaban -con sus emblemáticos pañuelos blancos- las Madres de Plaza de Mayo, a las que Néstor Kirchner recibió por primera vez en la Casa Rosada a poco de asumir en 2003.

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Durante la tarde, el tradicional paseo se había ido llenando de gente que se acercaba para dejar flores y carteles sobre la verja frente a la Casa Rosada, donde el ex presidente será velado el jueves.

Las calles de Buenos Aires, prácticamente vacías por ser feriado este miércoles por la realización de un censo nacional, comenzaron a poblarse de personas azoradas por la noticia del deceso del líder del peronismo y hombre fuerte de Argentina.

«Millones de lágrimas censadas», decía un cartel escrito a mano que quedó pegado con cinta sobre la reja frente a la casa de gobierno.

Alberto, de 44 años, llegó temprano a la plaza con su beba Sofía en brazos, junto a su mujer, Nilda, y otro hijo, Moisés, de 5 años.

«Siempre sentí admiración por Néstor Kirchner y estoy arrepentido de no haberlo acompañado más, debería haber estado más cerca», dijo a la AFP Alberto, que prefirió no dar su apellido, mientras esperaba en una ordenada fila en medio de la plaza de Mayo para poder dejar su despedida.

«Siento muchísimo dolor. Soy encargado de edificio en Recoleta, un barrio de gente acomodada. Allí hubo gente que estaba feliz y eso me dio más bronca y ganas de estar aquí. Kirchner fue un hombre que se enfrentó al poder», agregó.

Una pancarta, firmada ‘Familia Chacitre’ y rodeada de claveles, le agradecía a Kirchner: «Pusiste Argentina en pie, sos un verdadero patriota».

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«Fuerza Cristina, ahora más que nunca. Ahora más que nunca no podés aflojar. No hay nadie que te puede reemplazar. En vos confiamos», rezaba un cartel firmado por ‘T y familia’.

Flores y carteles llenaron la verja frente a la Casa Rosada, cuando el cuerpo del ex presidente aún estaba en El Calafate, 2.800 km al sur, la villa turística donde murió la mañana del miércoles por un paro cardíaco.

«Gracias por devolvernos a los jóvenes la esperanza de que otro mundo es posible», escribió Mariana Mosset, una actriz de 29 años.

Junto a ella, su amigo y colega Héctor Piglisi subrayó que «Néstor fue el primer presidente que bajó el retrato de los genocidas (de la última dictadura) de los lugares de honor para colocarlos en el sitio de los asesinos».

En un gesto más que simbólico, Kirchner hizo bajar el cuadro del ex dictador Jorge Videla en el Colegio Militar durante su gobierno, en el que impulsó los juicios a los responsables de delitos de lesa humanidad.

BUENOS AIRES, 28 octubre 2010 (AFP)

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Redacción Minuto30

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