Lamentablemente no es posible empezar este 2020 con noticias positivas, La  tierra está hablando de forma apocalíptica invitándonos a tomar medidas contundentes si de verdad queremos preservar nuestra especie y la vida en este planeta tierra.

No habiendo retornado el mundo a su rutinario trajín, nos encontrábamos con situaciones catastróficas generando pánico en todo el orbe: Inundaciones en Indonesia, Sismo en las costas Puertorriqueñas, brotes de combustión en la Amazonía, intensa sequía e incendios en Australia.

La avidez del consumo y la falta de conciencia que hemos exhibido durante milenios como especie humana, ha llevado al mundo a encontrarse en un punto de proximidad al no retorno, el cual ha sido anunciado por científicos en clamores angustiosos que no reciben eco por parte de los dignatarios mundiales quienes en su miopía no logran dilucidar la hecatombe que se avecina.

En redes sociales hemos visto constantes manifestaciones de consideración frente a la realidad que se cierne sobre las especies víctimas de la tragedia Australiana; Los registros gráficos son desgarradores:  Koalas con quemaduras, mal heridos, canguros huyendo de las zonas de conflagración, cuerpos calcinados y vastas extensiones de territorio devastado y consumido por las llamas, entre muchas otras más.

En Australia, por su ubicación y entorno, es frecuente la presencia de incendios forestales que en ocasiones son aprovechados por autóctonos para la apropiación de terrenos de cultivo o pastoreo, sin embargo, dichos eventos ocurren particularmente durante el verano, el cual apenas está entrando en su apogeo; en esta oportunidad los incendios empezaron finalizando la primavera, están ocurriendo desde septiembre de 2019.  A la fecha, las llamas han arrasado con más de seis millones de hectáreas y cobrado la vida de  unos 600 millones de animales entre mamíferos, reptiles, anfibios, entre otros. (Dicho cálculo se basa en densidades de población hechas por expertos)

La isla Canguro, un lugar atractivo de conservación de especies, ha perdido cerca de una tercera parte de su territorio; allí se albergaban aproximadamente 50.000 individuos de Koalas, quienes han menguado en un 50% su población colocándolos en la lista de especies en peligro de extinción y muchos de los sobrevivientes tendrán dificultades para reincorporarse a la vida silvestre por la escasez de territorio y recursos.

Desde 1910, Australia ha visto como se incrementa un grado Celsius  su temperatura cada año, llegando a registrar datos históricos de 40 hasta 41°C en 2019; esto lo hace particularmente susceptible a los incendios en el denominado Niño indio, que es el fenómeno meteorológico que los afecta en estas épocas y que se suma a los fuertes vientos que hacen que la propagación del fuego, sea voraz.  Clare Nulls, vocera de la OMM (Organización mundial de meterología), afirma que Noviembre de 2019, fue el más seco desde 1990.

En diciembre se llevó a cabo la cumbre del clima Madrid (COP25), una reunión donde más de 200 países se reúnen para tomar decisiones que buscan reducir los efectos del cambio climático y continuar con los protocolos de Kioto y de Paris, durante el curso de las reuniones, uno de lo  más acérrimos detractores de los tratados y acuerdos fue el primer ministro Australiano: Scott Morrison, motivado por ser su país, uno de los principales exportadores de carbón, lo que va en contravía de algunos de los tratados; no en vano, Australia es uno de los cinco mayores emisores de CO2 per cápita, además de contar con uno los aires más tóxicos del planeta.

Primando el interés económico, este país, ha sido víctima de lo indefendible y hoy su territorio arde con la venía de una política negligente en torno al cuidado del medio ambiente. Somos víctimas de nuestras propias ambiciones.

La nube de humo se ha desplazado más de 12 mil kilómetros llegando a países como Chile y Argentina, tornando oscuro su horizonte y se afirma que de continuar así, la veremos en todas las latitudes.

Estamos avizorando un desastre de magnitudes épicas que nos avisa con alarmas claras esperando de nuestra parte acciones.

No desplazándonos lejos, en lo corrido del año se han detectado ya 1039 puntos de calor en el Amazonas, siendo el Vichada una de las áreas con mayor riesgo em consecuencia a nuestra falta de compromiso con la selva, el afán de cambiar vegetaciones nativas por pastizales (ganadería) y los cultivos ilícitos que enriquecen los bolsillo de pocos, a costa de la desgracia colectiva.  En Colombia en 9 días de enero,  se dan cuenta de 18 incendios forestales (algo así como dos por día), en 7 departamentos y desde las políticas públicas se presentan opciones como el Fracking y otras formas de “aprovechamiento” de recursos, sin importar consecuencias.

Todos los que leen, se informan, ven; se indignan momentáneamente, pero continúan: arrojando basuras a las calles, consumiendo cárnicos desmesuradamente, abusando de recursos, usando plástico de forma desmedida y tantas otras acciones que podrían grano a grano ayudar a cambiar la realidad del planeta y mitigar en algo la catástrofe medio ambiental que se avecina.

Temo por nuestro futuro, por el de mi hijo, por el futuro de las especies y el planeta; esta realidad nos está consumiendo y de forma totalmente negligente, lo estamos permitiendo.

“Para cambiar el mundo, es necesario comenzar por uno mismo” A. Jodorowsky

PS: El Pez remo gigante acaba de ser declarado extinto, una víctima más del antropocentrismo.

Fundación O.R.C.A
Author Signature
Redacción Minuto30

Lo que leas hoy en Minuto30... Mañana será noticia.

  • Compartir:
  • Comentarios

  • Anuncio