Anders Behring Breivik, autor del doble atentado mortal perpetrado el viernes pasado en la capital noruega y en Utoya, que le costó la vida a 76 personas (68 en la isla de Utoya y 8 en Oslo, según los datos más recientes) podría cumplir su condena en una prisión con todas las comodidades.
Este es lugar donde todo está pensado para aliviar el encierro, donde prevalece un clima de armonía y los guardias no van armados
La prisión cuenta con más de 30 hectáreas, custodiadas por personal y funcionarios que no portan armas. El edificio fue inaugurado en abril de 2010 y fue calificado como la cárcel más progresista del planeta, de acuerdo con El Economista.
De hecho, las paredes que albergan a los 252 presos que son allí recluidos están decoradas con grafitis para aminorar el encierro. Además, las familias de los delincuentes cuentan con una pequeña zona urbanizada para hospedarse mientras realizan las visitas.
El ambiente de este edificio poco tiene que ver con la criminalidad o el castigo y más se vincula con la recreación. De hecho, la convivencia entre los guardias y los presos es armónica. Comparten la mesa durante las comidas y hasta realizan deportes en conjunto.
Asimismo, pese a que la prisión es exclusiva para hombres, la mitad de los funcionarios allí son mujeres, algo que ejemplifica una vez más el ámbito pacífico. Las autoridades de Noruega aseguran que los reos son menos agresivos debido a la presencia del sexo femenino en las instalaciones de la cárcel de Halden Fengsel.
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