El lunes 17 de julio, en California, Estados Unidos, falleció una niña de un año, luego de recibir un disparo accidental, por parte de su hermano de tres años.
La Policía local recibió una llamada sobre las siete de la mañana donde se reportan disparos en una casa en Fallbrook, un suburbio al norte de San Diego. Al llegar, las autoridades encontraron que los disparos habían sido provocados por un niño de tres años que consiguió tener acceso a una pistola que no tenía seguro y disparó “accidentalmente” en la cabeza de su hermana menor.
Junto a esto las autoridades informaron que han abierto una investigación para esclarecer “con más detalles” la causa de la muerte.
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