La Corte de Apelaciones Criminales de Texas (EE.UU.) denegó hoy suspender la ejecución de Scott Panetti, un hombre que en 1992 asesinó a sus suegros y que según los informes médicos sufre esquizofrenia.

Scott Panetti

El tribunal mantuvo para el 3 de diciembre la ejecución prevista del preso, al detectar falta de documentación en la demanda, aunque cuatro de los nueve jueces disintieron.

La abogada de Panetti, Kathryn Kase, pretendía ganar tiempo para lograr una revisión del caso y demostrar que el condenado no está capacitado para entender lo que sucede y por lo tanto no debe ser ejecutado, como dice la ley.

Panetti, de 56 años, asesinó en septiembre de 1992 a sus suegros y secuestró a su esposa y a su hija de tres años en Fredericksburg (Texas), pero fue detenido horas después del crimen, unos hechos que el condenado achacó entonces a su alter ego, «Sarge».

Durante su juicio, en 1995, Panetti se defendió a sí mismo disfrazado de vaquero y pidió llamar a más de 200 supuestos testigos, entre ellos al presidente John F. Kennedy, al papa Juan Pablo II y a Jesucristo.

Desde entonces ha sido hospitalizado por psicosis y delirios en múltiples ocasiones.

El texto de disentimiento de los jueces que se mostraron contrarios a mantener la pena de muerte en este caso achaca la decisión de no suspender la ejecución a una «interpretación excesivamente formal» de la ley.

«En el peor de los casos, la decisión de este tribunal conllevará la ejecución irreversible y constitucionalmente inadmisible de una persona mentalmente incompetente», reza el texto, que también critica que el fallo «priva al recurrente de una oportunidad justa para litigar».

El caso de Panetti ha despertado un interés especial en el país y decenas de médicos, religiosos y abogados, liderados por Asociación Psiquiátrica Estadounidense, solicitaron a principios de mes al gobernador de Texas, Rick Perry, así como a la Junta de Indultos y Libertad Condicional, clemencia para el condenado.

Por el momento, es uno de los últimos recursos que le queda a Panetti para evitar la inyección letal, ya que el gobernador aún no se ha pronunciado.

La alternativa es que un tribunal superior a la Corte de Apelaciones Criminales de Texas falle a favor de revisar el caso.

Incluso la exesposa de Panetti, Sonja Alvarado, hija de las víctimas, dijo en 1999 a través de una declaración jurada que el condenado «padece una enfermedad mental y no debería ser ejecutado». EFE

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Redacción Minuto30

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