• El candidato ‘Verde’ no ve participación de ‘la U’ en una administración suya.

El ex alcalde de Bogotá subraya que, en cuanto al esquema económico que quiere aplicar en Colombia, está en las antípodas del presidente venezolano, Hugo Chávez.

El candidato presidencial Antanas Mockus formula en la siguiente entrevista planteamientos importantes. Dice que su gobierno no sería un salto al vacío y que no habría «ni falsos positivos, ni chuzadas ni recomendaciones». Promete «acabar con el clientelismo», que atribuye a la administración Uribe; cree que no gobernará con ‘la U’, pero sí con «liberales y conservadores capaces» y anuncia radicales reformas a impuestos, justicia, salud, educación y política, incluida la abolición del voto preferente.

¿Cómo va la campaña?

Hubo un momento de optimismo en exceso, casi de triunfalismo. Reconozco que bajé un poco la guardia o caí en celadas inteligentes, pero ya retomamos el tono.

Hay quienes afirman que usted es muy contradictorio: que un día dice una cosa y al otro día rectifica. ¿Es válido?

Me parece radicalmente injusto que se generalice por un caso que pudo crear confusión. Si algo hay importantísimo para mí, es la consistencia.

Dicen sus opositores que usted es un salto al vacío…

Soy un salto a la coherencia y a la transparencia, lejos de la compra de votos con cargos, contratos y notarías. En estos días ha habido varias declaraciones de que las ‘chuzadas’ llevan 25 años, que los nombramientos por recomendaciones para lograr buena voluntad de los congresistas son una vieja práctica, etc. Quienes hablan de salto al vacío quieren conservar a toda costa los vicios del pasado: los falsos positivos, el clientelismo y las recomendaciones.

¿Es válida la acusación de que hubo compra de votos para la reelección?

Sí. Creo en el testimonio de Yidis Medina, porque muestra con sinceridad lo que es un compromiso violado. Ella sigue pensando que su voto fue decisivo para aprobar la reforma que permitía la reelección, y un voto decisivo en el mundo clientelista no se ofrece gratis. El clientelismo funciona como un peaje y entre más afanado esté usted por pasar, más alta la tarifa.

A raíz de la acción jurídica contra Sabas Pretelt, el presidente Uribe dijo que desde hace años los gobiernos reciben recomendaciones, que no es ilegal…

Yo lo entendí como el reconocimiento de que hubo conversaciones sobre nombramientos a cambio de votos. El rey de Francia dijo: «París bien vale una misa». Aquí se piensa: «Una reelección bien vale un cohecho», pero no lo dicen porque sería una muestra extrema de cinismo. El afán reeleccionista llevó al gobierno a actuar de una manera riesgosa, contraria a la ley e indebida.

¿Cómo manejará sus relaciones con el Congreso si es elegido?

Cada gobernante que ha hecho concesiones burocráticas y prebendas a parlamentarios ha malcriado al Congreso. Yo no lo voy a hacer. No puedo promover una cultura antiatajo cediendo al chantaje.

También le critican una aparente lentitud en decidir…

No me gusta tomar decisiones con la cabeza caliente. Pero cuando se deben tomar, se toman. ¿Le parece que me demoré mucho cuando tomé la decisión de acabar con la Policía de Tránsito por corrupta?

Si usted hubiera sido Presidente y su Ministro de Defensa le dice que va a bombardear el campamento donde está el jefe de las Farc ‘Raúl Reyes’, en territorio extranjero, ¿usted lo autoriza?

No. Habría buscado la cooperación de Ecuador.

¿Y si existen en el Gobierno Nacional dudas sobre la actitud del gobierno ecuatoriano?

Eso es el arte de gobernar. Me voy a Quito y le presento al Presidente las evidencias de la presencia de ‘Reyes’ y lo enfrentamos juntos. Ganarles la guerra a las Farc limpiamente cuesta el doble o el triple de lo que cuesta ganarla turbiamente, pero hay que hacerlo. El fin no justifica los medios. Hace unos días, para un debate televisivo, el doctor Santos llegó en moto, sin chaleco y sin casco. Yo llegué también en moto, pero con chaleco y casco; me demoré un poco más. La pelea contra las Farc es así: la vamos a ganar legítimamente; nos costará más dinero y tal vez más tiempo, pero al final el resultado será más sólido.

¿Cree que hay complicidad del presidente Chávez con las Farc?

En Colombia la hubo más. Recuerde la época del Caguán, cuando parte de la sociedad decía: «Estos muchachos no tienen intenciones tan malas».

¿Cree que en Colombia hay justicia social?

Hay una gran desigualdad, pero no la conecto causalmente con la violencia.

¿A la desigualdad adjudica el origen de la guerrilla?

Fue más por exclusión política. La desigualdad fue utilizada como justificación.

¿Y cómo piensa combatir la guerrilla?

Con más fuerza, más justicia, más educación, más presencia del Estado, no sólo para combatir la guerrilla, sino para luchar contra la desigualdad. Eso supone más recursos. Hay que tener el coraje de decirle a la sociedad nuestras necesidades. Tenemos que enfrentar el espantoso déficit fiscal que nos van a entregar, la altísima deuda nacional e internacional y el terrible atraso en infraestructura que vamos a heredar, y salvar el sistema de salud, que está a punto de naufragar.

¿Y cómo piensa hacerlo?

Stephen Holmes, un profesor de Nueva York, tiene un libro fascinante que se llama El costo de nuestros derechos. Demuestra que la mayoría de los derechos consagrados constitucionalmente se expresan presupuestalmente; o sea, el derecho a la vida: ¿cuánto hay que poner? El derecho a la educación: ¿cuánto hay que invertir?, etcétera.

¿Es decir?

El que tiene debe pagarle al que no tiene. Y en mi gobierno así será con una radical reforma tributaria. Necesito mucha comprensión de parte de quienes van a tributar.

No me gusta mucho el impuesto al patrimonio, porque la gente puede tender a esconderlo. Hay que incrementar el impuesto de renta y el predial, porque medio país los tiene rezagados, hay que reducir la cantidad de tarifas del IVA y elevarlas. Hay que suprimir exenciones y conseguir más recursos para invertir al menos la mitad del gasto público en corregir desigualdades.

La carga tributaria está entre el 16 y el 18 por ciento del PIB. Casi todos los candidatos presidenciales proponen 1,5 puntos de aumento. Yo creo que hay que elevarla, por lo menos, al 23 por ciento.

Si es elegido , ¿cómo va a ser su relación con las cortes?

Respetuosa. Obviamente no habrá ‘chuzadas’, ni seguimientos, ni violación de reserva bancaria. No lo haré. Y la gente que va a trabajar conmigo no lo hará.

¿Le parece bien que la Corte Suprema de Justicia aplace la elección de Fiscal General?

No quiero interferir con las decisiones de la Corte.

Si la Corte no elige Fiscal, ¿cambiaría la terna?

Si la terna que existe se desbarata, sí. Será una terna de penalistas. Y debe quedar claro que no habrá una deuda por parte del elegido. La terna será escogida por méritos y no por alguna lealtad.

¿Se considera de derecha?

Nuestro escudo dice: ‘Libertad y orden’. Soy más orden que libertad, porque sin orden no hay libertad…

¿Es partidario de privatizar los bienes del Estado?

Hay que juzgar caso por caso y privatizar por ineficiencia pública. El papel del Estado no es reemplazar al sector privado; debe ser regulador.

¿Y privatizar la educación?

No. No haber fortalecido a tiempo la universidad pública nos ha costado mucho como sociedad. Hay que formar más técnicos. Y hay un tema gravísimo de educación inicial: los sectores pobres no tienen educación preescolar, de los cero a los 5 años. Yo soy partidario de extender la educación inicial, porque el niño absorbe mucho en esa edad. Hay que educar a los niños desde un año, capacitando a madres comunitarias y capacitando profesorado.

El problema de la educación superior es muy grave: de 100 muchachos, incluyendo técnicos, entran 27 a la educación superior y 73 se frustran. Entonces, hay que seguir multiplicando ‘Senas’, que es el principal dispositivo de adaptación de corto plazo a la tarea de trabajo.

Cuando la gente dijo que usted estaba proponiendo eliminar los parafiscales que nutren al Sena, ¿se equivocó la gente o usted?

Se equivocaron al interpretar lo que dije. Le metieron susto a la gente, como lo hicieron con Familias en Acción. Me parece infame que digan que vamos a quitar una política social que nació en un gobierno anterior. Digo claramente: seguirán los parafiscales, la financiación del Sena y del ICBF y Familias en Acción. Educar a la gente no es un favor, es un derecho. Y procurar una vida sin miseria es una orden constitucional.

¿Qué piensa de empresas como Ecopetrol e Isagén?

Se privatizará Isagén. No es misión del Estado ser propietario de empresas, sino regular y garantizar la producción de bienes comunes como infraestructura, carreteras y puertos, sin ser ejecutor.

¿Y Ecopetrol?

Hay que tomar el 15 por ciento de su valor, no todo de una vez sino gradualmente, y utilizarlo en educación.

¿O sea seguir privatizándola?

Seguir vendiendo acciones a los ciudadanos y a los fondos de pensiones.

¿En economía usted es claramente antichavista?

Estoy en las antípodas de Chávez.

¿Ha pensado en alguna reforma a la justicia?

Hay que aprovechar la exitosa experiencia de la tutela, casi hay que ‘tutelizar’ la justicia, en el sentido de hacerla pronta y cumplida para acabar con los procesos eternos.

¿Y alguna reforma política?

Sí, para establecer una relación personal y casi permanente entre elector y elegido. Un montón enorme de gente ni se acuerda de por quién votó y, si se acuerda, no le hace seguimiento. Eso provoca que los congresistas tiendan a representar clientelas y no regiones. Mi idea es partir el territorio en circunscripciones unipersonales (distritos electorales), como en Inglaterra y EE. UU. Y hay que acabar con el voto preferente, porque fragmenta los partidos, en vez de fortalecerlos genera una competencia personal. Soy partidario de las listas, ojalá elaboradas por consultas como las que han empezado a hacer algunos partidos.

¿Usted se considera un líder?

Me gusta más el trabajo en equipo. Me parece importante cuánto cree la gente en el Presidente, pero me parece más importante cuánto cree la gente en los ministros, en las oficinas del Estado y en los funcionarios. En mi época en la rectoría de la Nacional, lo decía así: cada vicerrector debe ser mejor que yo, en vez de sacar a los buenos por temor a que ensombrecieran mi imagen. Voy a usar parte de mi tiempo para que gente brillante, buena, coopere suficientemente entre sí en mi gobierno.

¿Enrique Peñalosa estará en su gabinete?

Sacó usted la caña de pescar. Presiento que sí.

¿Y Lucho Garzón?

Va a estar en el equipo y será importante. Costa Rica logró una especie de gran acuerdo contra la pobreza: Lucho puede construir eso. Él hizo que la ONU les hiciera seguimiento a las políticas sociales en el Distrito. Cuando fue elegido, halló en Bogotá más hambre de la que se podía imaginar. Y logró reducirla. Se hará con él un gran trabajo contra la pobreza.

¿Cuál sería la característica de su política internacional?

Tendría una política como la de Lula en Brasil o la de Bachelet en Chile, por lo equilibradas, ponderadas y respetuosas. En el caso de Colombia y Venezuela, hay que pensar no sólo en si los presidentes se entienden o piensan distinto, sino en que nos necesitamos. Asumamos eso. En Europa, que era supernacionalista, donde los franceses miraban a los alemanes como seres moralmente dudosos por definición, hoy ambos son eje de la unión y el progreso económico. Algún día los latinoamericanos comprenderemos que si no nos unimos fuertemente en lo económico, seguiremos en la que estamos.

¿Con qué partidos piensa gobernar?

En el Congreso nos entenderemos con los partidos, en el equipo de gobierno estarán los mejores sin considerar a qué partido pertenecen. Le tengo fobia al clientelismo. Para el Partido Liberal fue muy bueno que se les hayan ido los clientelistas para otro lado.

¿Qué hará con ‘la U’?

Invitarlos a la democracia deliberativa.

¿Tendrá participación en su gobierno?

No creo, pero mire: cuando escoja mi equipo de gobierno, no me voy a poner a preguntarle a la gente de qué partido es. Gobernaré con individuos capaces.

¿Qué hará en salud?

Hay que reformar la Ley 100 y salvar la universalidad y la solidaridad. Frente al crecimiento del sistema de salud, es necesaria una función reguladora del Estado, que hoy no tiene dientes. Defendí la Ley 100 pensando que las empresas aseguradoras impulsarían la promoción y la prevención. No ha sido así y lo que se ha venido dando es un retorno al sector público por la puerta de atrás.

¿Cómo así?

Las EPS no hacen prevención. Se convirtieron en negociantes de la salud, como muchos sectores en la empresa privada. Cuando una persona contrata a un albañil y le dice ‘quédese en el Sisbén y no pagamos salud; así le pago más y gana usted y gano yo’, está socavando los principios básicos de solidaridad de la Ley 100, o sea, alguien que debe contribuir hace trampa para que su trabajador sea subsidiado.Se le está mamando gallo a la legalidad en salud. Si en un bloque de 40 millones de colombianos hay 100 gorrones no pasa nada, pero si hay un millón de gorrones empiezan a pasar cosas.

¿Cómo le gustaría que lo recordaran los colombianos si es elegido Presidente?

Que unió. Que solos podemos poco y que unidos lo logramos todo.

YAMID AMAT

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Redacción Minuto30

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