Min Trabajo pide al Fiscal y a otros funcionarios no interferir proceso de paz

El Ministro Rafael Pardo Rueda, primer Ministro de Defensa civil, experto en temas de paz (negoció la paz con el M-19), considera que el Fiscal General, el Presidente del Congreso y otros funcionarios están interfiriendo el proceso de paz, actuando como negociadores a través de los medios.

Por Edgar Artunduaga

“…Están pretendiendo con sus opiniones ser una especie de negociadores, ofreciendo cosas que no deben, y no creo que le faciliten a los encargados su oficio”, opina Pardo.

“El Fiscal General –explica el ministro- prácticamente ha dado varias amnistías en declaraciones públicas, y el Presidente del Congreso ya los puso de congresistas (a los guerrilleros)”.

“Son temas que deben ser producto de una negociación, pero algunos personajes, con el afán de mostrar su vocación de paz, plantean cosas que no son de su resorte y acaban generando la idea de que todo está a la mano para las FARC y que todo lo tienen por añadidura.

En relación con similitudes entre los procesos con el M-19 y ahora con las FARC, Pardo Rueda comenta:

“Todas las negociaciones tienen los mismos elementos, se trata de que un grupo ilegal pase a la legalidad con una serie de condiciones y de elementos que permiten ese paso.

Las conversaciones con el M-19, cuando empezaron, tenían una expectativa de éxito casi de cero. Nadie creía que se podía hacer la paz por la vía de la negociación, por los fracasos anteriores en el periodo de Betancur, por la situación en que estaba el mundo de la guerra fría (imperaba un choque irreconciliable entre el comunismo y el capitalismo) y no había ninguna posibilidad de hacer un acuerdo con un grupo guerrillero.

Ahora las expectativas son muy altas, lo mismo que cuando las conversaciones del Caguán. Antes y ahora la gente cree que la paz está a la vuelta de la esquina y eso acaba afectando, haciendo más difícil la tarea de los negociadores.

El Estado era distinto, centralizado, antes de la Constitución del 91. El gobierno tenía un poder mucho mayor que ahora, expedía decretos ley de Estado de Sitio, y tenía un control mucho mayor de todos los aparatos institucionales. A la par, la guerrilla era tremendamente desestabilizante en los años 80, pero más el narcotráfico y el narcoterrorismo, que podía acabar con el Estado.

Hoy esos factores no existen en esa dimensión. El paramilitarismo venía asolando muchos sectores sociales y en diferentes zonas del país, hoy esa situación es distinta. El país, el Estado y el mundo eran diferentes.

El M-19 fue un fenómeno político descomunal tras su desmovilización. Con el M-19 se desmovilizaron 900 personas. Obtuvieron un mes después 90 mil votos en la elección local de Bogotá y tres meses después 900 mil votos con Antonio Navarro. Después tuvieron más de un millón de votos, el 30% de la votación nacional”.

El Ministro Pardo reflexiona sobre las conversaciones iniciadas en Oslo:

“Yo creo que el propósito de no levantarse es muy positivo, pero el objetivo es lograr la paz que sea aceptable para la sociedad y constituya un avance en la democracia y no un retroceso.

Con el M-19 hubo distanciamientos fuertes. El contenido de los acuerdos políticos estaba en una reforma constitucional que se hundió porque el narcotráfico incidió en que hubiera un referendo contra la extradición y al gobierno hundió esa reforma porque estaba en el Congreso totalmente permeada. El M-19, sin ese contenido político, que era la esencia del acuerdo, aceptó continuar adelante”.

Los temas que preocupan, según Pardo Rueda:

“Yo creo que el tema de Justicia es un tema muy complicado. El problema agrario tiene que ver con el poder y las Farc siempre lo han visto así. El asunto para la guerrilla no es un tema de la tierra, para ellos el origen del poder político. Eso era válido hace 80 años, quizá 50. Pero la tierra sigue siendo una de las fuentes de poder político y las Farc lo plantean no porque les interese la agricultura, sino porque la tierra es fuente de poder. Las Farc son un grupo que está en busca de reformar el poder, y la tierra es fuente de poder.

El Ministro se declara moderadamente optimista….

“No soy desbordadamente optimista. Creo que está bien planteado el proceso, que las condiciones de apoyo que ha tenido en el país son favorables, la correlación de fuerzas militares en favor del Estado es ampliamente favorable a un proceso, y el ambiente internacional también hace que eso tenga sentido y lógica.

Como dicen los que saben de negociación: si fuera fácil ya se habría hecho, entonces si no se ha hecho es porque tiene muchos obstáculos, muchas prevenciones y resentimientos.

No veo que haya un punto de no retorno distinto al cumplimiento del acuerdo; en procesos anteriores el punto de no retorno era el de la concentración de fuerzas. No creo que haya metas volantes, como decíamos antes.

Negociar en el exterior sirve a la confidencialidad. Hacerlo en países donde hay un gran control social, como en Cuba (allá no es fácil que se cuelen a conseguir entrevistas) le sirve al proceso.