Maximiliano Valderrama
Maximiliano Valderrama

Leía hace unas pocas horas una noticia económica bastante escandalosa: la corrupción le cuesta a la Unión Europea al menos 120 Billones de Euros al año, es decir, casi dos veces el presupuesto general que tenemos en Colombia para la vigencia 2014 (el cuál ronda con tasas de cambio a hoy los 72 Billones de Euros).

Maximiliano Valderrama

Maximiliano Valderrama

La cuestión es que según el informe, la comisionada de la Unión Europea Cecilia Malsmtrom, manifiesta su preocupación al ver que la corrupción está de cierta manera tomando aire, afectando la confianza en los gobiernos y generando a su vez una erosión en las democracias.

Estos fenómenos son de cierta manera conocidos por todos, o al menos así lo demuestra los resultados de una encuesta realizada a ciudadanos comunitarios, en la cual resulta bastante preocupante la alta la percepción de como la corrupción les afecta su diario vivir.

Destaca el informe cosas que incluso podríamos decir que están siempre presentes en Colombia:

– Que la platica se va, en ocasiones a financiar partidos políticos (mermelada).

– Que los riesgos son mayores en los niveles local y regional (politiquería y clientelismo).

– Que gran parte de la misma se da en aquellos procesos de adquisición de bienes (carruseles).

…Pero si por allá llueve, por acá no escampa!

Casi paralelamente a la noticia de la corrupción rampante y bastante onerosa en la Unión Europea, leía con detenimiento en la prensa local de Medellín, las declaraciones de nuestro Alcalde Ánibal Gaviria, en relación con un exfuncionario que todo parece indicar estaba haciendo negocios bien sabrosos, aprovechando su cargo como Secretario de Obras Públicas de Medellín: presionando la compra de lotes sobrevalorados que no se necesitaban, con un agravante adicional: tratando al parecer de enjuagar antecedentes de la dudosa procedencia de algunos de ellos.

Que tristeza me dá ver que los fenómenos de corrupción en nuestro país se han vuelto parte de ese paisaje macondiano ante el cual la mayoría se han acostumbrado (creo que ya todos saben conjugar mermeladear, sin ningún tipo de desparpajo), donde a la gente le importa cinco saber y repetir que en el sector público muchos de los que están, lo hacen por sacar beneficios personales, sin considerar que gran parte de la corrupción surge por iniciativas de muchos empresarios privados quienes quieren sacar ventaja de la falta de ética y la ambición propia aquellos que llegan a la vida pública de carambola o porque nunca tuvieron las capacidades y las competencias para conseguirse un puesto por cuenta propia en una empresa privada.

Ahora bien, apuesto que “ah garrote” le van a empezar a dar al Alcalde Aníbal, empezando por el ex, quien tildó como buen periodista esta situación como el “Gallogate”. pero vale la pena preguntar ¿acaso aquel destituido e inhabilitado personaje actuó de manera similar cuando siendo funcionario muchos escándalos se dieron?;¿hablará acaso con la misma vehemencia del “MaoGate”, del “HoracioGate” o del “FreddyGate”?

La verdad sea dicha, aquí y en cafarnaúm los nombramientos de la mayoría de los gabinetes locales y regionales tienen todo menos de técnicos, por más que muchos de aquellos neopolitiqueros quienes se creen dueños exclusivos de la moral y la ética rasguen sus vestiduras al decir que son además de ególatras: meritócratas.

Mientras esto no cambie y las motivaciones para ejercer un cargo público no sean las de anteponer los intereses generales a las vanidades particulares, la mermelada y la corruptela serguirán presentes en nuestra patria.

Para finalizar una frase de la Sra. Malmstrom: “El precio de no actuar es bastante alto” y si no les parece, preguntémosle a los indicadores que en materia de desarrollo humano presenta nuestro país por cuenta de aquellos “Gallos” que han cantado, cantan y seguirán cantando, todo gracias a nuestra irresponsable manera de asumir nuestros deberes como ciudadanos.

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Redacción Minuto30

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