Los jóvenes de Colombia constituímos la mayoría poblacional del país. Los colombianos entre 18 y 24 años representamos el 35% de la población y, aunque desconozco la cifra exacta, con certeza, aquellos entre 14 y 28 años (edad legal para ser joven en Colombia) constituirían fácilmente el 45% de la misma.

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Pablo Andres Loaiza Bedoya

Mientras Alemania, un país ad portas de convertirse en un país de jubilados, diseña políticas migratorias bastante seductoras para los países jóvenes (Latinoamericanos principalmente), lograr atraer a sus nacionales y dinamizar así su sociedad y economía; Colombia ignora -por capricho o incompetencia- a la población donde reside el mayor potencial de desarrollo político, social y económico de toda nación.

La situación de la juventud colombiana es aterradora: 6 de cada 10 jóvenes no tienen acceso a la Educación Superior, el 23% está desempleado o tiene condiciones laborales más que precarias (prueba de la ineficacia de la llamada Ley de Primer Empleo) y el 80% de los internos del Sistema Penitenciario y Carcelario del país son menores de 30 años. Esto último, producto de ser una generación que creció en un país donde el crimen y el hampa siempre han pagado, siempre se han salido con la suya, siempre han campeado. Basta con recordar cómo Pablo Escobar en los 90’s pagaba $2’000.000 de pesos por cada policía que se matara -jugosa oferta para los jovencitos ociosos- y vincular así a un sinnúmero de incautos a sus siniestras actividades, y ello empezó a generar en nuestra generación el grave problema de la cultura del dinero fácil; o cómo más de 4.200 niños y jóvenes han sido reclutados por las Farc a la fuerza, con engaños o producto del adoctrinamiento impartido principalmente en las universidades públicas más grandes del país donde viven y reinan con absoluta impunidad (UdeA, Unal Bogotá, UniValle, UIS, UPN, UDistrital, UPTC, etc.).

Nunca en Colombia ha habido un solo líder político que haya estudiado esta situación y esté decidido a remediarlo. Hasta ahora.

Me sorprendí gratamente cuando observé que Óscar Iván Zuluaga hablaba con gran propiedad sobre el tema y proponía planes de choque para cada uno de los problemas que he enumerado:

Multiplicar el Fondo Emprender por 10 para financiar los proyectos productivos innovadores de los jóvenes del SENA, de las universidades e incluso de aquellos que no estén estudiando y homologación de estudios y de prácticas como experiencia laboral. Ampliación de la Jornada Escolar para el desarrollo de actividades deportivas y culturales, gratuidad en la Educación Superior para los niveles 1, 2 y 3 del Sisbén. De mencionarlas todas, sería necesario asignar una separata especial.

Siempre he creído en la capacidad técnica de Zuluaga para poner en marcha estos y otros proyectos que permitan ver a los jóvenes como la esperanza del país y no como la generación perdida… proyectos que espero le devuelvan a los colombianos la confianza en los políticos, en las instituciones, en su país y en sí mismos.

Votaré este 15 de junio para que cese la horrible noche para la juventud colombiana, votaré por Óscar Iván Zuluaga.

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Redacción Minuto30

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