Medellín cada vez se parece más a lo que han querido hacer de ella. Ayer fueron pirámides por la avenida oriental y ahora unas bonitas materas que adornan la contaminación que dejan los vehículos del pico y placa. En cada barrio de la ciudad, hay mucho de lo que traen los nuevos pobladores. En Castilla los nuevos habitantes, encuentran bulevar de comidas y nuevos rumbeaderos. En Manrique encuentran el metroplus que los lleva al occidente de la ciudad. En la comuna 13 hay escalas eléctricas, que por demás, muestra con orgullo un candidato a la alcaldía, como una gran propuesta de turismo internacional. La realidad de Medellín, no son los recuerdos de los caserones del barrio Prado, imitación Europea de los ricos de la Sociedad de Mejoras Públicas, de la gran empresa textilera e industrial de los señores de la ANDI y los que se denominaron los cacaos.

Medellín se sigue construyendo con ladrillo y cemento. Obras son amor por la ciudad y un aumento de predial que sigue reacomodando a los antiguos propietarios, a buscar otros vivideros en los municipios cercanos. Así lo muestra un estudio que adelantamos con estadísticas y entrevistas. Medellín como vamos, es un ejercicio que no deja de ser el mutuo elogio y el aplauso para el alcalde de turno. No tenemos esa capacidad de hacer crítica, con argumentos de realidad que grita la ciudad.

Entonces, se dibuja otra Medellín: la ciudad que no tiene aceras en las faldas del poblado, pero costosas propiedades. La ciudad que tapa y tapa su pasado, como si fuera un tumor maligno. La ciudad del parque Explora, que pocas instituciones educativas de pueblos visitan por no contar con la gestión necesaria de los que dicen preocuparse por la educación y la formación de las nuevas generaciones. La ciudad que tiene corregimientos que ya parecen barrios y a poco los nombran comunas. La ciudad que alberga tantos venezolanos como peruanos y españoles, que todavía creen está en la conquista o a principios de la Colonia. La ciudad que se ha llenado de restaurantes y de bares imitando a Manhattan o Nueva York. La ciudad que alberga tantos yanquis buscando ese polvo blanco que distribuía Pablo Escobar, que seguía espantando al alcalde, desde el edifico Mónaco. Medellín: ciudad imitadora.

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Redacción Minuto30

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