Este año 2018, cargado de incertidumbre y desafíos, los colombianos acudiremos a las urnas para elegir a los nuevos integrantes del Congreso, luego de ocho años de transacciones ilegítimas con la Casa de Nariño.

Este año también se elegirá al próximo Presidente, que asumirá tan importante cargo luego del nefasto gobierno de Juan Manuel Santos. Entretanto, el país vive tiempos adversos, reina la inseguridad, se pierden la confianza inversionista y las más esenciales libertades económicas, la familia pierde la importancia que merece, las instituciones republicanas siguen bajo ataque, y la corrupción crece, tan rápido como los cultivos de coca.

La mayoría de las fuerzas políticas le apuestan a mantener ese rumbo, a todas luces equivocado, y algunas ofrecen tomar un atajo para llegar al mismo destino: el abismo, del que miles de venezolanos huyen y al que parecemos querer caer. Solo la Gran Alianza Republicana ofrece volver al camino correcto, pero para lograrlo debe ganar las elecciones.

No basta con asegurar que alguien que represente a esa coalición asuma la presidencia, se necesita acompañar al futuro presidente con una fuerte mayoría parlamentaria, pues de nada sirve ser Gobierno si se tiene el Congreso en contra.

La próxima bancada del Centro Democrático en el Congreso será, sin duda alguna, la columna vertebral de esa pretendida mayoría, pero por si sola la bancada del uribismo, aún en el mejor escenario posible, no es suficiente con tantos partidos en contienda. Se necesita sumar otros liderazgos para construir una fuerza política interpartidista que posibilite reconstrucción del país, reunida alrededor de la identificación ideológica y no de la mediocre suma de maquinarias.

El desafío de la campaña parlamentaria del uribismo, no se reduce entonces a lograr la mayor cantidad de curules, implica también reunir los programas de sus candidatos a Senado y Cámara en un solo Programa Electoral, un acuerdo programático que nacido del consenso asegure la unidad de la bancada y que sirva de fundamento para la constitución de la mayoría parlamentaria que necesita la Gran Alianza Republicana para llevar a Colombia, de nuevo, por camino correcto.

Nota: Iván Duque declaró hace poco que no es un candidato de derecha e invitó a superar debates anacrónicos y mirar hacia adelante, hacia el futuro. Al enterarme de esa declaración recordé enseguida una frase de Margaret Thatcher: “Estar en medio de la carretera es muy peligroso; te atropella el tráfico de ambos sentidos”. Creo que ser de Derecha no impide ir hacia adelante, lo difícil es avanzar cuando nos frena la falta de decisión.

@ngoyenechev

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Redacción Minuto30

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