Edgar Artunduaga

Isabel Segovia -40 años-  es la fórmula vicepresidencial de Enrique Peñalosa, candidato de la Alianza Verde. Separada una primera vez. Madre de una niña de tres años.

Edgar Artunduaga

Edgar Artunduaga

¿Qué opina de los crímenes con ácido?

Atroces. Absolutamente atroces. Tenemos que encontrar formas diferentes de resolver nuestras diferencias. El tema del ácido es un crimen atroz.

¿Cuál es su postura ante el aborto y los derechos igualitarios para parejas del mismo género?

Trabajaremos muy fuerte para que no haya abortos. En este país hay 300 mil abortos al año, de los que están contabilizados, y las mujeres que tienen recursos hacen su aborto y no tienen ningún inconveniente.

No se trata de promoverlo pero tenemos que hacer acciones en salud pública, para que las mujeres con menos posibilidades no pongan en riesgo su vida.

Con el tema del matrimonio gay, igualitario, todo el mundo tiene derecho a ser feliz y escoger cómo ser feliz.

¿Qué opina su marido de su ingreso a la política?

Creo que ni él ni yo hemos terminado de entender qué es lo que está pasando.

¿Qué opina de la educación por concesión?

En la educación pública sobre todas las cosas, hay distintos mecanismos de implementación, pero eso es un debate distinto. Los colegios en concesión en Bogotá tienen 25 mil niños y la matrícula en Bogotá es de 800 mil.

Creo que dar un debate político y público por un modelo de formas, que tiene resultados en algunos casos muy positivos y en otros casos no tanto, como el tema central del debate educativo, no vale la pena.

¿Qué música le gusta?

Me gusta prácticamente toda la música y sobre todo me gusta bailarla.

¿Y baila bien?

Yo creo que sí. Especialmente salsa.

¿Por qué meterse en política, un mundo tan sucio?

Hay que aprender. Se me ha dado esta oportunidad y espero ofrecer buenos resultados.

Usted es costeña, ¿por qué cree que Santos tiene mayorías en esa zona del país?

Yo creo que la gente se está dando cuenta que la democracia funciona un poco diferente y está cansada de promesas no cumplidas, y de camisetas, y tenis, el día de las elecciones.

Es una región que tiene unos problemas sociales y de desigualdad muy grandes. Al final se terminan convenciendo de votar por quien sienten más cerca o por la forma como lo han hecho siempre. Esas maquinarias tradicionales funcionan en todo el país, pero especialmente en la Costa.

¿Cómo «vender» a Peñalosa en la costa?

Pues de todos los candidatos el más cercano a la costa es él porque tengo mucha sangre costeña y allá lo reconocen.

Yo soy hija de inmigrantes a Bogotá, mi mamá es caleña, mi papá es de familia cartagenera y él es barranquillero, y la verdad que desde que se anunció la fórmula me han dado una ciudadanía costeña absoluta.

También es cierto que usted es de origen conservador, no es política, y a lo mejor no aporta muchos votos, por su condición de técnica….

Buscamos hacer política diferente, una alianza ciudadana. Efectivamente vengo del mundo técnico, no tengo experiencia política, me estoy metiendo en este ruedo hasta ahora, estoy aprendiendo ese proceso. Lo que no estoy tan segura es que no ponga votos. Pensaba que probablemente no quitaba, y ahora pienso que estoy poniendo.

¿De cuánto data su cercanía con Enrique Peñalosa?

Trabajé muchos años con Cecilia María Vélez, que fue ministra de educación ocho años y antes secretaria de educación cuando Enrique fue alcalde en Bogotá.

Años después en algunas de sus campañas a la alcaldía de Bogotá un grupo de personas le armábamos finalmente el tema programático de educación. Cecilia María me recomendó con Enrique.

Lo que más me gusta resaltar es que buscamos unir y no separar. Sentimos mucho que este país está muy polarizado, no respetamos al otro, ni siquiera recogemos las buenas ideas de los otros porque inmediatamente las volvemos no válidas. La gente encontrará con nosotros una alternativa diferente. La riña permanente en la forma de hacer política es muy cansadora.

¿Cómo es su relación con el expresidente Uribe, gobierno en el que trabajó como viceministra?

Trabajé siete años en el Ministerio de Educación, en particular con Cecilia María Vélez, una de las mujeres más brillantes en el tema educativo.

No soy uribista ni antiuribista, pero tengo agradecimiento con el presidente Uribe porque le permitió a Cecilia María adelantar una extraordinaria gestión técnica. Ese solo hecho es para destacar.

Mi partido es la educación, y las propuestas de Enrique Peñalosa alrededor del tema educativo siempre han sido muy coherentes.

No haremos alianzas con ningún partido, ni con ningún personaje, digamos… Uribe, Santos, Petro, Clara López. Con ninguno. Pero estamos todos incluidos como ciudadanos.

¿No es equivocado rechazar los votos de Uribe?

No hay problema. Contaremos con otros. Nosotros no creemos que sea necesario tener los votos de ningún grupo. Creemos que es necesario tener los votos de los ciudadanos.

¿Qué los diferencia de las demás propuestas?

No tenemos ataduras ni políticas ni económicas, y somos y hemos demostrado ser un equipo. Enrique y yo somos buenos, excelentes gerentes.

Hay una manera alterna de hacer las cosas, tenemos unas propuestas muy claras en temas como educación, salud, bienestar rural…

En la política colombiana todo se maquilla, pero Enrique es un hombre sincero, apasionado, quiere ver un país diferente, el cual compartimos los dos completamente, lo siente de corazón y no puede callar lo que opina. Decir las cosas tan de frente parece no gustarle a la gente.

¿Cuál es su propuesta concreta en el tema educativo?

No hay ningún factor que influya más en la calidad educativa que la calidad de los docentes.

Se requiere mucho esfuerzo, de recursos, de persistencia. Hasta que Colombia no entienda que los maestros son los que forman todos los otros profesionales no vamos a tener la calidad de la educación que se requiere tener.

Tenemos que formar mejor a nuestros docentes, tenemos que encontrar a los mejores bachilleres y a los mejores profesionales para que accedan a esa carrera, tenemos que evaluarlos pero no para castigarlos sino para efectivamente encontrar cuáles son sus necesidades de formación en servicio.

Tenemos que reconocerlos, darles mejores incentivos monetarios y no monetarios. Eso incluye obviamente un aumento salarial para poder equipararlos en el pago con las profesiones mejor pagadas del país.

¿Cuál es el problema de los maestros?

El problema realmente es integral. No los valoramos como los principales profesionales.

Los programas de formación de servicio, que son un poco remediales, no están respondiendo a las verdaderas necesidades, y eso obviamente atado a esta falta de reconocimiento y a unos muy bajos salarios hacen que la carrera no sea atractiva. @Artunduaga_

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Redacción Minuto30

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