Diferentes sectores gobiernistas han hecho en las últimas horas una serie de intervenciones maliciosas que se alejan diametralmente de la realidad, todo en aras de desdibujar al Centro Democrático y continuar sembrando la perversa tesis de que nuestro partido es “enemigo de la paz”.

La doctora Clara López, quien fuera la secretaria de gobierno de Samuel Moreno Rojas durante los años en los que las arcas de la capital colombiana fueron saqueadas, nos acusa de “poner palos en la rueda” al proceso de paz. Nosotros hemos demandado un proceso de paz que traiga concordia para los colombianos, que parta del cese de todas las acciones violentas, que ningún menor de edad sea reclutado forzosamente, que garantice que la infraestructura nacional no será bombardeada, que nuestros soldados y policías no serán asesinados, que los civiles no serán secuestrados.

Una persona medianamente sensata no puede catalogar dichas exigencias como un palo en la rueda. Antes bien, son aportes constructivos para alcanzar una paz estable y duradera que es lo que todos los colombianos anhelamos.

De otro lado, el senador Jimmy Chamorro ha dicho que el expresidente Uribe debe ir a la Casa de Nariño y unirse formalmente al proceso. Esto no es cuestión de una fotografía, ni de un abrazo. Esto es asunto de unos principios que son irrenunciables.

El uribismo no ejerce la oposición por mezquindad ni por oportunismo electoral, sino que lo hace con la convicción soportada en hechos incontrovertibles: el gobierno de Santos está haciendo muy mal la tarea, está llevando al país hacia el abismo, está adelantando un proceso de paz en el que los grandes beneficiarios del mismo son los terroristas que han azotado a la nación durante las últimas cinco décadas, y no, los ciudadanos de bien que han sufrido el yugo del terrorismo.

Digámoslo claramente: el Centro Democrático es, sin duda ninguna, el partido político que más aportes le ha ofrecido al proceso de paz. Hemos hecho bastantes ejercicios de los que han salido un sinnúmero de propuestas e ideas, todas ellas rechazadas por la soberbia mayoría oficialista que no se ha tomado la molestia siquiera de escuchar lo que hemos dicho.

Repito, para la coalición de gobierno lo importante es lograr una fotografía entre Santos y el presidente Uribe. Nosotros tenemos una meta mucho más ambiciosa: lograr que el proceso de paz cumpla unos mínimos en materia de cese de acciones criminales contra el pueblo colombiano. Como ven, la diferencia es abismal: ellos están preocupados por las formas y nosotros por el fondo.

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Redacción Minuto30

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