Sin modestia, César Caballero dice que su empresa –Cifras y Conceptos- se especializa en brindar información inteligente, que permite a sus clientes tomar decisiones de calidad. Y la verdad es que nadie lo contradice, porque sus informes merecen no sólo amplia difusión sino que son respetados por la opinión.

Atrás quedó el muchachito pobre, formado con enorme esfuerzo que no niega ni asume con resentimiento.
“Mi primera foto, de bebé –dice- es en un lavadero en el inquilinato donde vivíamos en Fontibón, en Bogotá. Mi papá estudiaba de noche en La Gran Colombia y trabajaba en múltiples actividades, una de ellas, transportando mercados en la plaza de Corabastos. Mi mamá lavaba ropa de vecinos para complementar el ingreso familiar. Luego las cosas mejoraron y nos trasladamos a una casa en las Américas y de allí a Bavaria. Finalmente fue en el Bosque Popular, donde pasé el final de mi niñez, mi juventud y una parte de mi edad adulta.
Mi mama, a sus 65 años se gradúo como psicóloga de la Universidad Abierta y a Distancia. Ella comenzó a estudiar la primaria en 1.987, luego de que yo, su hijo menor, se graduara del Colegio Cafam. Ella también es bachiller de ese colegio”.
Fue a la Universidad, se especializó, creció profesionalmente. Trabajó en la alcaldía de Bogotá, en Presidencia de la República, en Planeación Nacional, el Ministerio de Hacienda, la Gobernación de Risaralda, y finalmente llegó a la Dirección del DANE, tras catorce años de crecimiento como funcionario público.
Y fue en el Dane donde se vio enfrentado a una decisión muy difícil: confrontar públicamente al Presidente Uribe Vélez, el más popular de la historia de Colombia. Renunció para no aceptar una orden que implicaba manipular las estadísticas oficiales.
Y, como suele ocurrir, se le cerraron todas las puertas. Personas cercanas, muchas respetables y encumbradas, lo felicitaban por su carácter, pero lo evadían para no tener problemas con el gobernante.
Juan Manuel Santos le abrió las puertas de su Fundación “Buen Gobierno”. Luego la Universidad Autónoma de Manizales lo designó como decano. Caballero no deja de agradecerle el gesto a César Vallejo.
Hasta cuando llegó el momento de fundar su empresa, que no es otra cosa que contar historias con números, a pensar en lo que hay detrás de cada dato, a combinar las cifras y los conceptos.
César Caballero es consciente de que su historia es una excepción y por eso sostiene que nuestro mayor problema no es la pobreza, sino la exclusión, la desigualdad, la aberrante inequidad.
En consecuencia –complementa- nuestro esfuerzo tiene que ser por cambiar eso, por mejorar los canales de ascenso social, por permitir que quien trabaje, se esfuerce y sobresalga en una actividad pueda vivir dignamente de ello”.
En su concepto, la ilegalidad –dolorosamente- es vista hoy como “el canal” de mejoramiento, ser narco, contrabandista, evadir impuestos. Parecieran ser las formas más fáciles para ascender. El estudio y el trabajo honesto han sido reemplazados por la cultura de los traquetos.
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