[VIDEO] Los hipopótamos que dejó Pablo y que Aníbal tuvo que “extraditar”

En 1984, en pleno auge del narcotráfico, Pablo Escobar, robusto de poder y extravagancia, trajo para su hacienda Nápoles, en Puerto Triunfo, un cargamento de hipopótamos que harían parte del conjunto de especies exóticos en esos parajes. Los hipopótamos acompañaron desde entonces a elefantes, búfalos, canguros, cebras, jirafas, canguros y dromedarios, entre otros.

Solo Pablo Escobar podría tener semejante zoológico para disfrute personal y entorno íntimo. El alimento y cuidado representaba una millonada cuyo acceso quedaba difícil para otro tipo de mortales.

Pero con el paso del tiempo, la muerte de Escobar y el desmadre en la hacienda Nápoles, no hubo gobierno, gobernador o alcalde capaz de hacerse cargo de esta fauna ilícita. En particular, los hipopótamos comenzaron en un momento determinado a dar muestras del problema en que se convertirían.

Estos animales son supremamente territoriales y agresivos con quienes invadan sus terrenos. En la India matan más gente que los tigres o leones. Por fortuna aquí en Colombia, a los hipopótamos de Escobar no se les ha endilgado asesinato alguno, pero sí mucho miedo y daños ambientales.

Por ser una especie extraña para este territorio, no hay depredadores que puedan controlar su reproducción y ellos a su vez, espantan a especies nativas como el Manatí. Son además devoradores que requieren al menos 200 kilogramos de alimento diario. En esa medida se puede calcular el daño que están haciendo en humedales, zonas protegidas y otros ecosistemas.

Son un riesgo exponencial, considerando que los otrora hipopótamos jóvenes que trajo Pablo Escobar para su deleite visual, hoy son adultos que se reproducen a una velocidad peligrosa. Se calcula que en ocho años haya 400 ejemplares, poco más, colonizando las riberas del rio Magdalena.

Con todos estos elemento sobre la mesa, y después incluso de los consejos que se pidieron en África sobre cómo sobrellevar este problema que heredó para la región el gusto narco, el Gobernador Aníbal Gaviria encontró una solución más efectiva que la castración, la esterilización o el sacrificio: conversó con el gobierno mexicano y acordó “extraditar” a 60 de estos animales. Así de difícil aún. Faltan algunas gestiones, pero el propósito está claro.

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