Cada que se accede a un medio de comunicación, en esta época en la cual vendieron sus principios al mejor postor, se encuentran distractores que pretenden desviar la atención de los colombianos hacia temas escandalosos pero sin importancia real.

Francisco Javier Saldarriaga

Para tapar el asunto de los 12 millones de dólares que se dice entraron a sacar de líos económicos a una campaña realizada en el 2010, dineros que terminaron de llegar en el 2011, se inventaron el hacker Sepúlveda que ahora está inmerso en un mar de contradicciones, debido a sus escasa capacidad intelectual que le impide la coherencia de sus palabras con los hechos que le intentan introducir, en su mala memoria, los funcionarios que apoyan las investigaciones amañadas de nuestros entes investigadores. Este señor anda enclaustrado en el Bunker de la fiscalía recibiendo día a día toneladas de presiones y mensajes que lo inducen a decir lo que ellos quieren que diga, aunque sea una mentira del tamaño de las pirámides de Egipto.

Se habla mucho del hacker y de los 12 milloncitos nada. Esto lo hacen esos medios que perdieron la dignidad puesto que se prostituyeron por el vil metal y perdieron todos sus talentos. Claro que algún director de esos medios siempre ha bailado al son de la moneda que suena. De hecho, hace años salió por la puerta de atrás de un medio, con motivo de su comportamiento ambicioso que lo condujo a realizar acciones que riñen con los principios éticos de un periodista.

En otros su idiosincrasia los lleva a actuar así puesto que para ellos la marrulla, la trampa, el lobby es su forma de vida y se criaron con unos principios supremamente laxos que les permite dormir tranquilos, a pesar de que sus actos, conscientes e inconscientes, dejan mucho que desear en lo que concierne con unos principios tutelares de la convivencia. Para ellos: “consiga plata mijo no importa como pero consígala” es el parámetro insignia de su objetivo de vida. Así los educaron y si quisiéramos juzgarlos muy posiblemente los encontraríamos no culpables, debido que no conocen otra forma de hacer las cosas.

Ahora armaron el escándalo por la negativa de la Corte Constitucional para aprobar la posibilidad de adopción gay. ¿Es un hecho importante? Tal vez para quienes afecta, que creo es una minoría, pero como es morboso y crea discusiones inicuas pero calientes, estos medios se encargan de volverla comidilla de todas las reuniones. Eso, en un país menos mojigato, no sería noticia.

Para nada mencionan el desaire que tuvo el primer mandatario con los deudos de los niños del Caquetá asesinados por las farc. Allí ni se asoma pero se va de rumba para el carnaval de Barranquilla. Es más importante eso que mostrar compasión y rechazar tajantemente estos hechos diabólicos de personas que ahora se creen los amos del país.

Estamos pues al amparo de unos desinformadores que con tal de llenar sus arcas actúan como cajas de resonancia y multiplicadores del ruido que quiere hacer el dueño de la mermelada, para que cuando no den la puñalada trapera y nos pongan a merced de los mayores y más perversos delincuentes de la actualidad.

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Redacción Minuto30

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