Los conservadores portugueses abren una salida negociada a la crisis

Los democristianos, cuyo líder abrió el martes la caja de los truenos al renunciar por sorpresa al ministerio de Exteriores, hicieron hoy una conciliadora y preocupada declaración en la que anunciaron que mantienen sus otras dos carteras en el Ejecutivo y negociarán una «solución» para la gobernación del país.

Pero el temor a los efectos financieros de la crisis abierta con la renuncia de su presidente, Paulo Portas, ya había hundido hoy la bolsa y la deuda soberana lusa y teñido de rojo los demás mercados europeos.

El parqué de Lisboa cerró con un descenso del 5,3 %, tras haber caído aun más, y el interés del bono luso a diez años se disparó al 8 %, un nivel que no se veía desde el año pasado y que echó por tierra la confianza ganada en los últimos meses entre los inversores, con un mínimo de del 5,5 % registrado en mayo.

El Centro Democrático Social Partido Popular (CDS-PP) que con solo 24 de los 230 diputados da mayoría absoluta a los 108 del Partido Social Demócrata (PSD, centro-derecha) de Passos Coelhó, encomendó hoy al propio Portas abrir negociaciones con el primer ministro para salvar la alianza.

En Berlín, donde asistió a la cumbre europea sobre empleo, Passos Coelho se mostró confiado de que habrá un entendimiento que permitirá la continuidad del Ejecutivo y el cumplimiento de los compromisos del rescate financiero.
La noche anterior, el primer ministro se había dirigido al país para asegurar que no iba a dimitir y que no aceptaba la renuncia de su socio de coalición, pese a que fue presentada con carácter «irrevocable».

Mientras, los partidos de izquierda volvieron a reclamar en el Parlamento, en declaraciones a la prensa y en una manifestación en Lisboa, la celebración de elecciones anticipadas.

El líder de la oposición lusa, el socialista Antonio José Seguro, pidió que sean el 29 de septiembre, cuando están previstos los comicios municipales.

Su nueva propuesta, más concreta que nunca, fue anunciada tras celebrar la primera de las reuniones previstas entre los partidos lusos y el jefe de Estado, el conservador Anibal Cavaco Silva.

Seguro declaró a los periodistas que Portugal necesita «un Gobierno fuerte» que equilibre las cuentas del país y le dé credibilidad externa y confianza ante empresarios e inversores.
El secretario general de los socialistas ha pedido varias veces que se renegocien las obligaciones del rescate y ha reclamado a Passos Coelho que ponga fin a las políticas de austeridad.

Pero hoy evitó hacer comentarios sobre esa cuestión y subrayó la importancia de que Portugal permanezca en la zona euro y cumpla sus compromisos internacionales.

Cavaco recibió a Seguro por petición urgente del propio líder socialista, pero ante la situación creada por la dimisión de Portas, convocó también a consultas a partir de mañana jueves al primer ministro, Pedro Passos Coelho, y a los demás partidos.

La crisis lusa se desató el lunes con la renuncia del ministro de Finanzas, Vitor Gaspar, artífice de las políticas de ajuste aplicadas bajo el rescate que la UE y el Fondo Monetario Internacional (FMI) otorgaron a Portugal en mayo de 2011.

Passos Coelho sustituyó ayer a Gaspar con la secretaria del Tesoro, Maria Luis Albuquerque, y su nombramiento
desencadenó la dimisión de Portas, opuesto a algunas de las medidas de austeridad y descontento porque esa sustitución no fue consensuada ni favorece el nuevo «ciclo» que espera en el Ejecutivo.

La crisis abierta con la dimisión del titular de Exteriores no ha tenido precedentes desde que Passos Coelho desalojó del poder a los socialistas en las elecciones anticipadas que siguieron al rescate.

Sin embargo el Gobierno conservador no ha dejado de bajar en las encuestas de opinión, que ahora encabezan de nuevo los socialistas, y ha sufrido cuatro huelgas generales y numerosas manifestaciones y protestas por sus duras medidas de austeridad.