Faltando menos de una semana para las elecciones regionales del 27 de octubre y tras haber visto con detenimiento cada una de las campañas y propuestas en dos de las principales ciudades de Colombia, es preciso hablar de aquellos candidatos que, de ser elegidos, representarían incertidumbre, retraso y la continuidad de ciclos de gobierno que truncan el desarrollo de estas importantes ciudades.

En Bogotá: CLAUDIA LÓPEZ Y HOLLMAN MORRIS, son los candidatos que Bogotá debe evitar a toda costa, no solo porque, como en el caso de Claudia López, existe un profundo desconocimiento de Bogotá que ha sido dejado en evidencia en más de un debate, si no porque ambas campañas representan lo que precisamente sumió a la Capital de la República en el caos y desgobierno que padeció por casi doce años y agravado aún más por la Alcaldía de Samuel Moreno, del mismo Polo Democrático que hoy apoya a Claudia López y la nefasta Alcaldía de Gustavo Petro, quien hoy apoya a Hollman Morris.

Lopez y Morris representan lo que Bogotá no necesita en este momento de su historia, en el ocaso de una Alcaldía no popular pero inmensamente eficiente como la de Enrique Peñalosa, cuyos 4 años en el Palacio de Liévano no son suficientes para dejar avances concretos en beneficio de los bogotanos, pero cuyo legado será apreciado por Bogotá en los próximos 4 o 5 años si las importantes transformaciones que ha vivido Bogotá desde 2015 siguen su avance con los candidatos que si representan progreso, gobernanza y liderazgo para Bogotá: Miguel Uribe Turbay, más aún cuando tras casi un siglo de discusiones inútiles y egos políticos, la realidad del Metro de Bogotá es ahora concreta, pero frágil a los deseos de detener el progreso en movilidad de Bogotá por puro ego y no por convicción de que la alternativa que propone es la ideal para la ciudad, a través de Morris o del cambio oportunista y ventajoso al que ya tiene acostumbrado al país Claudia López.

En Cali: JORGE IVAN OSPINA, es sin duda, el candidato que Cali debe evitar, no solo por el hecho de que sobre él pesa una citación de la Fiscalía General de la Nación para formular acusación por interés indebido en la celebración de contratos y contrato sin cumplimiento de los requisitos legales, que pone a Cali, nuevamente y como en el pasado, en riesgo de desgobierno por culpa de las cuentas pendientes de sus alcaldes con la justicia.

Este es un panorama que ya conoce Cali y que sería sumamente perjudicial para una ciudad que ha dado ejemplo en los últimos 4 años con espectaculares cifras de crecimiento económico y progreso.

A ello sumémosle que Jorge Ivan Ospina ya gobernó Cali y gobernó mal, no fueron en vano los múltiples cuestionamientos a su proceder como alcalde de la ciudad que le resultaron en múltiples investigaciones de la Procuraduría General de la Nación y las dudas sobre el inmenso detrimento patrimonial que sufrió Cali en las obras de remodelación del Estadio Pascual Guerrero, que sigue a la fecha sin terminarse o las 21 “megaobras” de las cuales se completaron ocho, a pesar de haber desangrado el bolsillo de los caleños con contribuciones por valorización, sin que a la fecha exista explicación alguna sobre a donde fueron a parar los dineros que ya contribuyeron los caleños, ni un horizonte claro para las obras que ya están contratadas pero siguen sin completarse, casi once años después.

Cali ya conoce lo que es tener alcaldes destituidos por corrupción y hasta por vínculos con el narcotráfico y las implicaciones de la falta de responsabilidad en la administración de los recursos públicos, y Ospina, afanoso de tener una nueva oportunidad de abusar de los recursos de la ciudad, garantizar la repartienda burocrática para quienes lo acompañan en su aspiración, quiere una nueva oportunidad, pero que esta vez pone en riesgo a la ciudad de tener otro Alcalde con cuentas pendientes y sin resolver con la justicia, y es por ello que Cali debe fijar su voto en la única opción que garantiza progreso y transparencia en el servicio público: Alejandro Eder.

Es pues hora de que tanto bogotanos como caleños regresen a las urnas, con el común denominador de que hoy tienen candidatos que representan lo que en el pasado ha retrasado el progreso y el bienestar de Bogotá y Cali, pero que en esta oportunidad con el voto útil y a conciencia pueden rechazar para dar paso a nuevas administraciones, nuevas caras que garanticen un gobierno transparente y eficaz en beneficio de dos de las más importantes ciudades de Colombia.

@ivanmguzman

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Redacción Minuto30

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