Finalmente ha llegado el 2018, el último año de la presidencia de Juan Manuel Santos, quizás una de las más nefastas en la historia de nuestro país, y así, una nueva oportunidad para que como ciudadanos acudamos nuevamente a las urnas, en democracia, para definir una vez el rumbo político de nuestro país.

Sin embargo, la elección del 2018 nos trae un nuevo reto como ciudadanos, y es el de recordar a aquellos líderes y políticos que con valor histórico, durante los últimos ocho años se opusieron vehementemente al festín de impunidad que el Presidente Juan Manuel Santos le garantizó a las FARC y sobre todo quienes apoyaron y aplaudieron incondicionalmente las iniciativas del Presidente en torno al proceso de paz que hoy tienen a las FARC ad-portas del Congreso de la República y con un candidato presidencial en campaña, alias “Timochenko”.

Recordar a aquellos que hicieron posible la participación política sin condiciones y sin justicia para las FARC es de gran importancia en esta elección, máxime si tenemos en cuenta que muchos de ellos son hoy candidatos presidenciales y/o congresistas buscando ser reelegidos y quienes con total conveniencia buscan hoy distanciarse del Acuerdo de la Habana y del Presidente Santos con el fin de ganar réditos electorales para no ser castigados en las urnas por los colombianos que mayoritariamente ven con desdén el empoderamiento de las FARC en nuestra democracia.

No olvidemos entonces en las urnas a Humberto de la Calle, candidato presidencial, que además de haber sido elegido en una vergonzosa consulta electoral que le costó a los colombianos la inaceptable suma de 40 mil millones de pesos y quien fue, desde el principio, el gestor del Acuerdo de la Habana, y designado por el Gobierno Nacional para defender los intereses del Estado y de los colombianos en las negociaciones con las FARC y defraudando al país al haber garantizado impunidad para los cabecillas de las FARC, participación política sin condiciones, la dudosa entrega de armas y quien no tuvo reparo alguno en engañar a los colombianos diciendo que con la victoria del “NO” en el plebiscito se perpetuaría la guerra y quien a pesar del veredicto democrático de los ciudadanos el 02 de octubre de 2016, fue también cómplice de la implementación ilegal y antidemocrática de los Acuerdos.

Tampoco debemos olvidar la preocupante cercanía de otro presidenciable, Sergio Fajardo, con Humberto de la Calle, a quien seguramente necesitará tener dentro de su coalición si quiere lograr si quiera una posibilidad de llegar a la Presidencia, y quien además de haber hecho campaña en favor del Presidente Juan Manuel Santos en 2014, miente a los colombianos como el candidato que enarbola las banderas de la transparencia mientras sobre el recaen sanciones del Departamento Nacional de Planeación por uso indebido de regalías e investigaciones por parte de la Contraloría General de Antioquia por adjudicación de contratos sin el cumplimiento de los requisitos legales y sin autorización de la Asamblea Departamental de Antioquia en el manejo de la Sociedad Hidroituango, todo lo anterior sin olvidar que sus aliados políticos como Antanas Mockus han propuesto que Fajardo haga eventualmente alianzas con las FARC para ganar las elecciones presidenciales. ¡Vaya forma de combatir la corrupción! Entregándole la presidencia de la República a un exgobernador con su propio prontuario de corrupción y con coqueterías a las FARC.

Y por supuesto, no podemos olvidar tampoco, a quien no ha tenido vergüenza alguna en ocultar su relación con las FARC, el candidato Gustavo Petro, quien ya ha propuesto acercamientos con Sergio Fajardo para conformar una coalición y quien tampoco ha tenido reparo alguno en reunirse con Timochenko y Pastor Álape dejándonos a los colombianos con muchas preguntas frente al proyecto político que se pueda estar gestando entre las FARC y los candidatos presidenciales que no los incomodan.

Es por ello, que con responsabilidad democrática, todos los colombianos debemos en este 2018 ejercer nuestro derecho al voto, como la única herramienta para frenar el empoderamiento de las FARC y de la Izquierda en nuestro país que podría traer como único resultado la réplica del nefasto y fallido Socialismo del Siglo XXI que ha sumido a los venezolanos en la miseria y el desgobierno y que estos candidatos presidenciales en Colombia no han condenado en lo absoluto, dejándonos a los colombianos de bien con la única opción de no olvidarlos a ellos, ni a sus coqueterías con el terrorismo y el Socialismo del Siglo XXI y castigarlos de forma contundente en las urnas y demostrar una vez más que los colombianos no aceptamos, ni aceptaremos de ninguna forma que nos gobiernen los criminales, ni aquellos que han desconocido su pasado criminal y hoy les coquetean en la política.

@ivanmguzman

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Redacción Minuto30

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