Lo que mal empieza, mal acaba

Se empieza a descubrir con detalles cual fue el acuerdo real entre el señor de la mentira y sus compinches del narcoterrorismo.

La captura de Santrich por tráfico de cocaína ha desatado una infinidad de hechos que muy posiblemente concluirán en escándalo de marca mayor en cuanto a la verdadera intención y el deseo de paz de una organización delictiva, cuya cultura delictiva la llevan sus dirigentes y muchos de sus integrantes en el ADN.

Las negociaciones con grupos armados deben tener una serie de elementos claves, uno de ellos es el hecho de que esos grupos en verdad, tengan una ideología que sustente en algo la decisión del alzamiento en armas.

Los narcoterroristas de la actualidad cambiaron de combustible para alimentar su movimiento y al ver que su lucha ideológica no tenía asidero real, optaron por la lucha por el poder económico y cambiaron hacia todo tipo de negocios ilícitos incluidos la trata de personas, la minería ilegal y destructiva, el contrabando, el despojo de tierras, el asalto y la joya de la corona: el narcotráfico.

Se acostumbraron al dinero fácil y en grandes cantidades; para ellos 30 millones que se ganarán en el congreso es una chichigua al lado de lo que les generan esos negocios tan productivos.

Creo que más de uno de los actuales sustentadores del acuerdo están untados hasta los tuétanos (no tétano pues para este si hay vacuna) con ese dinero de ahí su afán para sostenerlo puesto que si se acaba esa ubre la abundancia de dinero desaparecerá. Las sumas de efectivo son descomunales y de allí pueden mamar muchos terneros como funcionarios de todos los niveles, congresistas, periodistas y/o lobistas que solo saben embaucar.

Ese acuerdo nunca fue de paz y paulatina e ineludiblemente apunta a lo que desde siempre ha sido: una estrategia burda para el montaje de una gran lavandería de dinero sucio y al paso que van y por la estupidez de los actores que lo montaron, ese tinglado está tambaleando hasta el punto de que con una brisa leve caerá estrepitosamente.
Ahora sale el señor Márquez, cuyo sobrino está cantando como un solista en USA, informando que trasladará su residencia al Caquetá debido a la captura del seudo ciego que usaba Smartphone y viajaba en primera clase en los vuelos nacionales e internacionales.

Extraña esa decisión para un nuevo cenador de los recursos públicos, cuando en la capital de la corrupción tiene todo a sus anchas y puede disfrutar de las mejores comodidades. Creo que por allá se siente más seguro pues le queda más cerca el monte adonde se adentrará en busca de sus compinches del brazo armado del nuevo partido político, nos quieren hacer creer que son disidencias, que lo protegerán de cualquier intento de aprensión.

Nuestros organismos de ¿inteligencia? deben estar atentos a esos movimientos puesto que muy pronto los demás cabecillas abandonarán la fría capital de la corrupción, aduciendo diversos motivos para volver a sus andadas y lo que originó un Nobel de paz se convertirá en desengaño monumental para el mundo entero que ingenuamente, creyó en la voluntad de paz de unos simples delincuentes que disfrazaron sus negocios con unas banderas de lucha por la justicia social, en un país que con persistencia y buenas iniciativas no hubiese sido necesario la toma de las armas para conseguir el propósito.

En una democracia con coherencia y acciones efectivas se consiguen los cambios que se quieran. Por fuera del establecimiento como lo llaman esos ingenuos combatientes del socialismo del siglo XXI, se puede llegar al poder sin usar armas diferentes a las ideas y las propuestas; prueba reciente y diciente es lo sucedido en el año 2002 cuando Álvaro Uribe Vélez por fuera de los partidos tradicionales y en 4 años (No 50) con una campaña intensa y efectiva llegó a la presidencia en la primera vuelta derrotando abrumadoramente a los, en ese entonces, candidatos de los partidos tradicionales que venían disfrutando del poder desde siempre.

No fue un golpe de estado como lo hizo el abuelo de los compinches de Gustavo Petro, fue un golpe de opinión que lo sigue manteniendo en lo alto del aprecio del pueblo colombiano y que llevará a Iván Duque a ganar, como él, en primera vuelta.