Una nueva polémica política y jurídica se registra en la Cámara de Representantes, sobre los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres, puntualmente frente a la decisión de optar por la interrupción voluntaria del embarazo.

La razón es un proyecto de ley de autoría del representante liberal antioqueño Julián Peinado, que permite desarrollar procesos de adopción desde el momento de la concepción, es decir, desde el vientre materno.

Mientras los movimientos pro-vida consideran que la iniciativa es una opción de defensa de la maternidad y de los derechos de los niños por nacer, otras organizaciones promotoras de los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres lo califican como una nueva barrera para oponerse al derecho que tienen las mujeres de decidir sobre su cuerpo y la libertad para determinar si quieren o no dar a luz a su bebé.

Julieth Gómez, líder del movimiento Mujeres Celestes, organización que se autodefine como defensora de la feminidad y la maternidad, además de oponerse al aborto, señala que el proyecto muestra una opción distinta para que, según sus palabras, las mujeres no se conviertan en asesinas de sus hijos por nacer.

“Estamos totalmente a favor de este proyecto, la adopción es un derecho de los niños, la adopción es realmente la opción que puede dar fin a la pandemia, al problema y al flagelo del aborto, muchas mujeres ven como única o como última opción el aborto, porque desconocen o porque no hay más opciones frente a este crimen y a este delito, así que nosotras como damas celestes, definitivamente, estamos a favor de defender a la mujer en el vientre, defender la familia, defender la verdad y demostrar nuevas opciones, no tienes que abortar, abortar no va a hacer que dejes de ser madre, vas a ser madre de un niño muerto”, señala tajantemente Julieth Gómez, líder y vocera del movimiento Mujeres Celestes.

Las voces en contra del proyecto del representante Peinado se escuchan desde la misma Cámara de Representantes, donde algunas congresistas consideran que este busca impedir que las mujeres ejerzan sus derechos sexuales y reproductivos, desconoce la autonomía de la mujer gestante al considerarla como persona bajo interdicción que no puede tomar sus propias decisiones sobre dar a luz o interrumpir el embarazo de manera voluntaria.

“Esto le pone nuevas talanqueras y nuevas barreras a las mujeres que toman libremente esta decisión de interrumpir el embarazo y, sobre todo, las mujeres en estado de embarazo no están en un estado de interdicción, pueden tomar decisiones libres y conscientes, este proyecto lo que hace creer es que necesitan un acompañamiento psicológico para que cambien esa decisión”, explica la representante Argote.

Por su parte Jennifer Pedraza, representante del Partido Dignidad, asegura que además de desconocer la jurisprudencia de la Corte Constitucional sobre el derecho que tienen las mujeres de decidir libremente la interrupción del embarazo, el proyecto de Adopción desde el vientre desconoce de tajo el derecho de los niños y niñas bajo el cuidado del Bienestar familiar, que esperan ser adoptados.

“A mi parecer el proyecto de ley es inconveniente primero porque no hemos sido capaces como país de garantizarle una familia a esos 3.600 niños y niñas en el ICBF, muchos de ellos ya tienen una edad avanzada que dificulta su adopción, cuando tienen los mismos derechos que cualquier persona y especialmente el derecho a tener una familia. El proyecto lo que pretende es persuadir y disuadir a las mujeres para que no accedan a su derecho al aborto, es decir, insisten en crear más barrera y más barreras, cuando la corte constitucional lo que ha llamado es a lo contrario, a que se eliminen las barreras para que las mujeres podamos tomar esta decisión de manera libre”, explica Jennifer Pedraza.

Mientras las congresistas consideran el proyecto como doblemente peligroso, porque conculca los derechos de las mujeres a decidir sobre su cuerpo y desconoce la realidad de los menores que se encuentran en ruta de adopción, la representante del movimiento Mujeres Celestes cree que autorizar la adopción desde el vientre se convierte en la opción para que mujeres que biológicamente no pueden ser madres, lo sean acompañando el embarazo de una gestante que no quiere ser madre.

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