La revista Semana, en su edición digital del miércoles primero de junio, dice que: “En redes sociales circula un video en el que en uno de los puestos de votación un grupo de ciudadanos repite con vehemencia: “Fuera Quintero”. Aunque muchos creyeron que se trataba de un abucheo al hoy suspendido alcalde de Medellín, fue todo lo contrario.
Los hechos se presentaron en una mesa de votación ubicada en las instalaciones de la Universidad EAFIT, lugar donde fue a ejercer el voto Juan Camilo Restrepo, alcalde encargado de Medellín. Allí, un grupo de personas aprovechó para manifestar su malestar por Quintero Calle y reafirmar su respaldo a Restrepo. Una vez arribó, pasadas las nueve de la mañana del domingo 29 de mayo, varias personas aplaudieron y mostraron afinidad por el trabajo que ha desempeñado en las últimas semanas en la capital de Antioquia”.

Hace 40 años sigo de cerca las actuaciones de los alcaldes de nuestra querida Medellín, ayer “Tacita de plata” y hoy ciudad de escombros, materiales y humanos por donde uno extienda la mirada. Si El Príncipe Feliz, el inefable personaje del cuento de Oscar Wilde viviera en una de las estatuas de la ciudad, seguramente se dolería de la miseria, el abandono, los asesinatos y el tráfico de todo tipo de sustancias alucinógenas que se ve en cada esquina o barrio de la ciudad, con énfasis espantoso en la comuna 10, La Candelaria, con su histórico Centro entregado a todo laya de mal.

Mientras tanto, el alcalde se pavoneaba en su ley: dividir la ciudad, agredir de palabra a los ciudadanos y hacer política abierta en franco y abierto desafío a las instituciones, legítimamente constituidas para salvaguardar la institucionalidad.

Y tanto va el cántaro al agua, hasta que al fin se rompe: La procuradora Margarita Cabello Blanco se pronunció al respecto: «La Procuraduría tiene la competencia constitucional y legal para investigar, suspender provisionalmente y sancionar, hasta con destitución e inhabilidad, a todos los servidores públicos del país, incluyendo a los de elección popular». Cabello anunció que se iniciará una investigación y la suspensión provisional del cargo a Quintero, por espacio de 3 meses, mientras termina el proceso electoral, en el cual pretendía meter “cambio en primera”.

Y ¿por qué estamos así? El señor alcalde encargado Juan Camilo Restrepo Gómez, responde: “Porque un señor se dedicó a presuntamente participar en política, lo suspendieron y por eso Medellín está así, no por el presidente Duque ni por Juan Camilo Restrepo”.

A la hora de escribir este artículo, el señor Presidente de la República, en el marco de la institucionalidad (que Quintero y su combo se niegan a reconocer), procedió a nombrar a la enfermera Andree Uribe Montoya como alcaldesa encargada de la ciudad, mientras se cumple el tiempo de suspensión de Daniel Quintero. Medida acertada, creo yo, para una ciudad tan enferma y tan huérfana como lo está hoy Medellín.

Ante la decisión presidencial, el alcalde encargado Juan Camilo Restrepo Gómez, con toda gallardía, “anticipó que esta misma semana regresará como Alto Comisionado para la Paz y como Consejero para la Seguridad Nacional”.
Lo cierto es que, en tan sólo 17 días que estuvo Restrepo Gómez en la Alcaldía, dio claras muestras de cómo cohesionar las fuerzas vivas de una comunidad para lograr bienestar y desarrollo: la iglesia, la academia, la empresa y la sociedad, manifestaron su complacencia con un hombre Franco, respetuoso de la institucionalidad, de los derechos ciudadanos y de la legalidad, y a quien nunca se le oyó responder a las diatribas, insultos y vulgaridades de un gabinete absolutamente genuflexo al suspendido alcalde y en la más grotesca rebeldía administrativa.

Ser alcalde; ser persona; ser ciudadano; ser respetuoso de la ley, no es fácil. Gobernar, no es fácil; pero Medellín se dio cuenta de los atributos de Restrepo Gómez, atributos que hoy pide a gritos la ciudad.

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Redacción Minuto30

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